Líderes religiosos de EEUU opuestos a las redadas migratorias recomiendan resistencia no violenta

Por LUIS ANDRÉS HENAO y DEEPA BHARATH

Cuando el reverendo Edward Anderson se manifestó en Los Ángeles esta semana contra la intensificación de la represión migratoria del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump, se interpuso entre las fuerzas del orden y sus compañeros manifestantes como un amortiguador humano.

Anderson, quien encabeza la iglesia cristiana McCarty Memorial en el vecindario West Adams Terrace, cree que cumplía con su deber moral de oponerse a la injusticia, pero de la manera no violenta que exige su fe.

“Es imperativo que las personas de fe se pronuncien, porque el silencio ante la injusticia es complicidad”, observó.

Varios líderes religiosos estadounidenses están tomando una postura firme respecto a las enérgicas medidas migratorias de Trump, incluidos algunos que citan las Sagradas Escrituras para explicar su apoyo a sus políticas, y otros que las citan para justificar su resistencia. No obstante, para muchos de quienes condenan cómo los agentes federales detienen y deportan a personas que se encuentran en Estados Unidos sin permiso, la resistencia pacifista es la mejor —y la única— manera de lograr un cambio positivo.

Líderes estatales y locales han acusado a Trump de exacerbar las tensiones e incrementar el riesgo de que haya violencia al desplegar efectivos de la Guardia Nacional e infantes de Marina en Los Ángeles en respuesta a las protestas, las cuales se han realizado a diario desde la semana pasada. Aunque la mayoría de ellas han sido pacíficas, en algunas ha habido enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden.

Funcionarios electos, incluida Karen Bass, alcaldesa de Los Ángeles, han pedido a los manifestantes mantenerse pacíficos y han dicho que la violencia sólo agravará la situación.

Es un mensaje que los líderes religiosos respaldan.

“El mensaje moral es claro: no aceptamos el mundo como está. Respondemos a la crueldad con valentía, al odio con amor”, declaró la rabina Sharon Brous esta semana en una vigilia ecuménica en Los Ángeles, donde la alcaldesa impuso un toque de queda en el centro.

La reverenda Jacqui Lewis, pastora principal de la iglesia Middle Collegiate en la ciudad de Nueva York, expuso que la resistencia no violenta es una creencia fundamental de su congregación, la cual ha alimentado y ayudado a inmigrantes recién llegados y se ha manifestado para apoyarlos.

“Somos como Jesús: no violentos”, expresó Lewis.

Pero la no violencia no es silencio, agregó, e hizo notar que “a menudo significa confrontar a la gente con la verdad. … Entendemos que el cambio social ha ocurrido porque personas de fe e imaginación espiritual guiaron las calles pacíficamente”.

Su congregación planea participar en una de las manifestaciones “Sin Reyes” del sábado, las cuales se llevarán a cabo en ciudades de todo el país para protestar contra las políticas de Trump y tendrán lugar al mismo tiempo que un desfile militar en Washington.

La no violencia y un camino lento hacia el cambio

La protesta no violenta tiene una trayectoria comprobada en Estados Unidos. Ha sido utilizada con éxito, entre otros, por el reverendo Martin Luther King durante el movimiento por los derechos civiles.

No obstante, Michael Nagler, cofundador de The Metta Center for Nonviolence —una organización sin fines de lucro con sede en California dedicada a la educación y el activismo—, advirtió que la no violencia y la desobediencia civil conllevan sufrimiento y sacrificio.

Hizo referencia al Bhagavad Gita, un texto sagrado del hinduismo, que aconseja practicar la acción sin apegarse al resultado.

“La no violencia basada en principios proviene de la conciencia de que lo divino reside en cada uno de nosotros, y de que cada vida es preciosa”, expresó. “Uno cree que siempre se puede encontrar una solución donde todas las partes tengan satisfechas sus necesidades legítimas”.

La no violencia puede no producir resultados inmediatos, pero a la larga tiene un impacto más profundo y menos víctimas que la alternativa, agregó Nagler. En el contexto de la lucha actual, un resultado positivo podría significar lograr que el gobierno trate a los inmigrantes de una manera más humana, agregó.

Los líderes religiosos pueden desempeñar un papel crucial en las manifestaciones, opinó el reverendo Paul Brandeis Raushenbush, presidente de la Interfaith Alliance, una organización interreligiosa. Pueden brindar “una sensación de protección” y “fuerza espiritual” a los manifestantes, e inspirar “una reducción del daño y una presencia no violenta … en un espacio donde parece que sólo hay una espiral de violencia”.

En colaboración con organizaciones locales de Los Ángeles y sindicatos, Anderson reportó que su congregación ha encabezado vigilias de oración, ha ayudado a los migrantes a conocer sus derechos, y ha asesorado a otros líderes religiosos sobre qué hacer si el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) se presenta en sus templos.

“En nuestro papel de clérigos y líderes comunitarios, no sólo estamos llamados a predicar la justicia, sino a encarnarla, a estar presentes en el dolor de nuestra gente y a ensalzar el valor sagrado de cada vida humana”, manifestó en un correo electrónico.

Anderson agregó que él encuentra fortaleza en las exhortaciones de la Biblia a acoger al extranjero, defender al oprimido y amar al prójimo.

Las opiniones entre los líderes religiosos no son para nada uniformes, y algunos se apoyan en la Biblia para respaldar la ofensiva de Trump.

Hay muchos líderes religiosos, sobre todo en las filas evangélicas, que apoyan la mano dura migratoria.

“Apoyo al 100% el objetivo del presidente Trump de proteger a nuestro país de los malhechores, sean internos o externos”, declaró el reverendo Robert Jeffress, quien ha sido partidario de Trump desde hace tiempo y es pastor de una megaiglesia en Dallas afiliada a la Convención Bautista del Sur. “El presidente tiene la autoridad de la Constitución y de la Biblia para hacer exactamente lo que está haciendo”.

Con relación a las protestas, Jeffress expresó: “La gente tiene derecho a equivocarse. Pero no tiene derecho a equivocarse de forma violenta”.

Comprometidos con la acción interreligiosa y la colaboración

La arquidiócesis de Los Ángeles, que participó en una vigilia de oración interreligiosa en Grand Park el martes, informó que planea seguir participando. Esa reunión demostró que personas de diferentes religiones pueden unirse y orar por una forma misericordiosa de avanzar, dijo el padre Parker Sandoval, vicecanciller de la arquidiócesis católica.

“Mucha gente vive con miedo ahora, ya sea miedo a la violencia o miedo a ser separados de sus familias”, expuso. “Dios insiste en que no estamos solos ni sin esperanza. El mal, sin importar la forma que adopte, no tiene la última palabra”.

Seth Zuihō Segall, sacerdote budista zen afiliado a la Buddhist Coalition for Democracy —un grupo de budistas de diversas tendencias con la meta común de salvaguardar la democracia—, dijo que él y sus colegas están consternados por las imágenes de agentes federales de inmigración enmascarados y armados que “levantan a la gente en las calles y la suben a vehículos”. Enfatizó por correo electrónico que la oposición a estos acontecimientos debe ser no violenta.

“La no agresión, el no odio y la no violencia son la esencia misma del mensaje de Buda”, escribió. “Nos esforzamos por tratar a todas las personas —incluso a aquellas cuyas acciones nos horrorizan— como budas en desarrollo”.

____

La cobertura religiosa de The Associated Press recibe apoyo a través de la colaboración de la AP con The Conversation US, con financiamiento de Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable de este contenido.

Related posts