La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum se mostró el miércoles confiada en las conversaciones que se han adelantado con el gobierno de Donald Trump y dijo que no cree que se vayan a imponer aranceles a México.
Así reaccionó Sheinbaum al ser consultada en su habitual conferencia matutina sobre las afirmaciones que realizó la víspera la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, quien resaltó la cooperación por parte de México, pero recordó que todavía está en el calendario el ajuste de los aranceles programado para el 1 de febrero, tal como lo adelantó Trump tras asumir el gobierno el 20 de enero.
“Como les digo hay conversaciones, hay diálogo. No creemos que vaya a venir esta definición de los aranceles, pero también ya estamos preparados”, dijo la mandataria sin ofrecer detalles.
Luego de que Trump amenazara durante la campaña electoral con imponer aranceles de 25% si México y Canadá no frenaban el tráfico de migrantes y drogas, Sheinbaum se ha manejado con moderación ante las declaraciones del republicano y ha optado por privilegiar el diálogo. La presidenta también ha descartado posibles presiones ante la revisión del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que está prevista para 2026.
Hasta el momento México se ha mostrado muy dispuesto a colaborar con la administración de Trump para atender el flujo migratorio y el tráfico de fentanilo. En ese sentido, el gobierno mexicano aceptó la semana pasada el envío de cuatro vuelos de aeronaves estadounidenses con migrantes deportados. Sheinbaum informó que entre el 20 y 26 de enero se recibieron 4.094 migrantes, en su mayoría mexicanos.
A pesar de la confianza de Sheinbaum, en el sector empresarial mexicano hay preocupación por los posibles aranceles que afectarían una amplia gama de productos y amenazarían economías regionales.
La empresa calificadora Moody’s reconoció esta semana en un informe que de cumplir Trump su amenaza sobre los aranceles, México enfrentaría un panorama complejo debido a que más del 80% de sus exportaciones tienen como destino el mercado estadounidense y representan alrededor 30% del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano.
La calificadora afirmó que de imponer Estados Unidos impuestos a sus importaciones eso podría desencadenar una depreciación del peso mexicano y una aceleración de la inflación, que complicaría los planes de la administración de Sheinbaum para reducir el déficit fiscal, que concluyó 2024 en alrededor de 6% del PIB.
La inflación en México cerró el año pasado en 4,21%,, por debajo de la reportada en 2023 que había sido de 4,66%.
Según Moody’s, sectores claves de la economía mexicana como las industrias automotriz, manufacturera y tecnológica serían las más golpeadas.