Por SHAFIQUR RAHMAN y JULHAS ALAM
COX’S BAZAR, Bangladesh (AP) — Los refugiados rohinya en sus abarrotados campamentos de Bangladesh están preocupados por la decisión de Estados Unidos de reducir a la mitad las raciones de alimentos que reciben a partir del próximo mes, mientras que un funcionario de atención a refugiados dice que la medida afectará la nutrición de más de 1 millón y generará “presión social y mental”.
El presidente estadounidense Donald Trump suspendió abruptamente la mayor parte de la ayuda al exterior y desmanteló la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), lo que ha obstaculizado significativamente las labores del sector humanitario global. La orden ejecutiva de Trump del 20 de enero congeló la financiación para someterla a una revisión a lo largo de 90 días.
El Programa Mundial de Alimentos, la principal agencia alimentaria de la ONU, anunció recientemente que los recortes a las raciones entrarán en vigor el 1 de abril en Cox’s Bazar, Bangladesh, donde refugiados rohinya habitan en decenas de campamentos.
Más de 700.000 musulmanes rohinya huyeron a Bangladesh desde Myanmar a partir de agosto de 2017, cuando el ejército de Myanmar lanzó una “operación de limpieza”. Este grupo étnico enfrenta discriminación y se le niega la nacionalidad y otros derechos en la nación de mayoría budista. Tras un golpe militar en 2021, el país ha estado sumido en un conflicto armado que en general es considerado una guerra civil.
No estaba claro de inmediato si la decisión del PMA estaba directamente relacionada con la medida tomada por el gobierno de Trump.
“Recibimos una carta que (dice) que anteriormente era de 12,50 dólares, y ahora es de 6 dólares. Solían recibir 12,50 dólares al mes, y a partir de ahora 6 dólares. Esto les afectará enormemente”, dijo a The Associated Press Shamsud Douza, comisionado adjunto de alivio y repatriación de refugiados de Bangladesh.
“A medida que se recorten los alimentos, recibirán menos alimentos nutritivos, lo que puede llevar a desnutrición. Se generará presión social y mental entre la comunidad rohinya. Tendrán que buscar una alternativa para la comida”, agregó.
Douza mencionó que hay más sectores donde se han recortado los presupuestos más allá de las raciones de alimentos, pero no quiso decir si los recortes del PMA estaban relacionados con la reducción de fondos de Estados Unidos.
“En general, habrá menos (apoyo) para la respuesta (a la situación de los rohinya) después de los recortes de financiación. La respuesta ya se ha ralentizado, y algunas personas, incluidos rohinya, han perdido sus empleos, y algunos servicios se han reducido. Al reducirse los servicios disponibles ello no trae consigo un buen resultado”, manifestó.
El gobierno interino de Bangladesh indicó que el fin de los pagos de USAID detendría otros proyectos en Bangladesh, pero que el financiamiento para los refugiados rohinya continuará fluyendo.
Estados Unidos ha sido el principal donante a Bangladesh para los refugiados rohinya, proporcionándole a la ONU asistencia alimentaria y nutricional de emergencia. Washington suele dar casi la mitad del dinero de ayuda gastado en la respuesta humanitaria a los refugiados rohinya en Bangladesh, que proporcionó uno 300 millones de dólares en 2024.
A medida que la noticia de las inminentes reducciones de alimentos se propagó por los campamentos en Cox’s Bazar, el miedo y la frustración se apoderaron de los refugiados.
“Ahora tengo miedo de cómo voy a mantener a mi familia, ya que aquí no tenemos ninguna oportunidad para generar ingresos. Me asusté cuando lo escuché”, expresó Manzur Ahmed, de 40 años. “¿Cómo voy a comprar arroz, chiles, sal, azúcar y lentejas, y mucho menos pescado, carne y verduras, con 700 taka (6 dólares)? Ni siquiera podremos adquirir aceite (de cocina). ¿Cómo vamos a obtenerlos?”
El tratamiento médico también está disminuyendo, indicaron los refugiados.
“Cuando vamos al hospital, no proporcionan medicamentos a menos que sea una emergencia. Sólo proporcionan medicinas a los pacientes que se encuentran en una gran emergencia. Antes le daban tratamiento a cualquiera que se sintiera mal, pero ahora sólo brindan tratamiento a quienes están en una emergencia”, comentó Dildar Begum, de 32 años.
Cientos de miles han vivido en Bangladesh durante décadas, y aproximadamente 70.000 cruzaron la frontera desde Myanmar en 2024. Durante los enfrentamientos con la junta militar, la fuerza opositora conocida como el Ejército de Arakán tomó de hecho el control del estado de Rakáin, de donde los rohinya fueron desplazados y se refugiaron en Bangladesh.
Bangladesh dice que los refugiados rohinyas deben regresar a Myanmar, que ha sido acusado ante un tribunal internacional de genocidio contra este grupo étnico.
___
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.