Por GIOVANNA DELL’ORTO y RENATA BRITO
Defender a los migrantes fue una de las prioridades del papa Francisco.
Su papado fue testigo de una crisis de refugiados en el Mediterráneo, un aumento vertiginoso de la migración en el continente americano y una disminución de la empatía pública, lo que derivó en políticas cada vez más restrictivas en todo el mundo.
Francisco abordó la difícil situación de los migrantes con frecuencia. Llevó a solicitantes de asilo con él desde campamentos insulares superpoblados y denunció las iniciativas fronterizas del presidente estadounidense Donald Trump.
Aquí algunos momentos memorables en los que se pronunció al respecto:
8 de julio de 2013. Lampedusa, Italia
Su primera visita pastoral fuera de Roma tras su elección fue a la isla italiana de Lampedusa, un punto en el Mediterráneo cuya cercanía con el norte de África la coloca en primera línea de numerosas rutas de contrabando y naufragios mortales.
Al reunirse con migrantes que habían estado en Libia, Francisco condenó su sufrimiento y denunció la “globalización de la indiferencia”, que afectaba a quienes arriesgaban sus vidas intentando llegar a Europa.
Una década más tarde, en una visita al puerto francés de Marsella en septiembre de 2023, Francisco volvió a criticar el “fanatismo de la indiferencia” hacia los migrantes, mientras los responsables políticos europeos redoblaban sus esfuerzos en materia fronteriza ante el auge de la extrema derecha que rechaza la migración.
16 de abril de 2016. Lesbos, Grecia
Francisco viajó a la isla griega de Lesbos en medio de una crisis de refugiados durante la cual llegaron cientos de miles de personas que huían de la guerra civil en Siria y otros conflictos en Medio Oriente y el sur de Asia.
El papa llevó con él a tres familias musulmanas a bordo del avión papal. Rescatar a esos 12 sirios de un campamento desbordado fue “una gota de agua en el mar, pero después de esta gota, el mar nunca volverá a ser el mismo”, dijo Francisco.
Durante su hospitalización a principios de 2025, una de esas familias, que se estableció en Roma, dijo que Francisco no solo les cambió la vida. “Quería iniciar un diálogo global para que los líderes mundiales supieran que ni siquiera un migrante indocumentado debe temer”, dijo Hasan Zaheda.
Su esposa, Nour Essa, añadió: “Luchó por difundir las voces de los migrantes. Por explicar que, al fin y al cabo, son solo seres humanos que han sufrido en las guerras”.
En diciembre de 2021, Francisco volvió a llevar a una docena de solicitantes de asilo a Italia, esta vez tras su visita a Chipre.
17 de febrero de 2016. Frontera entre Estados Unidos y México
Durante la celebración de una misa en la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez, en México, y que fue transmitida en vivo en El Paso, Texas, Francisco pidió por “corazones abiertos” ante la “tragedia humana que supone la migración forzada”.
En respuesta a la pregunta de un periodista durante su vuelo de regreso a Roma, dijo que quien aboga por la construcción de muros “no es cristiano”.
Trump, entonces candidato presidencial, hacía campaña para hacer precisamente eso, y respondió que era “vergonzoso” cuestionar la fe de una persona. Criticó al papa por no comprender “el peligro de la frontera abierta que tenemos con México”.
24 de octubre de 2021. Ciudad del Vaticano
Ante la creciente presión en Italia y otras partes de Europa para combatir la migración ilegal, Francisco hizo un ferviente llamado a poner fin a la práctica de devolver a las personas rescatadas en el mar a Libia y a otros países inseguros, donde sufren una “violencia inhumana”.
Describió los centros de detención en Libia como “verdaderos campos de concentración”.
Desde allí, miles de migrantes son llevados por traficantes en embarcaciones, a menudo inservibles.
El mar Mediterráneo se ha convertido en la mayor fosa común de migrantes del mundo, con más de 28.000 muertes registradas en la última década, según un informe de 2024 del Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones.
12 de febrero de 2025. Ciudad del Vaticano
Tras el regreso de Trump a la Casa Blanca, Francisco criticó duramente los planes estadounidenses de realizar deportaciones masivas, calificándolos de “vergüenza”. El triunfo de Trump en parte estuvo impulsado por la indignación pública ante la inmigración ilegal,
Con la oleada de cambios políticos de Trump para combatir las prácticas migratorias, Francisco escribió a los obispos estadounidenses y advirtió que las deportaciones “acabarían mal”.
“El acto de deportar a personas que, en muchos casos, han abandonado su tierra por motivos de extrema pobreza, inseguridad, explotación, persecución o grave deterioro ambiental, atenta contra la dignidad de muchos hombres y mujeres”, escribió.
El zar fronterizo estadounidense, Tom Homan, contraatacó de inmediato, señalando que el Vaticano es una ciudad-estado rodeada de muros y que Francisco debería dejar la vigilancia fronteriza en manos de su oficina.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.