AP Explica: la polémica por presunta adicción a drogas de Petro pone a debate su posición de poder

Por ASTRID SUÁREZ

BOGOTÁ (AP) — La controversia sobre si el presidente colombiano, Gustavo Petro, consume o ha consumido drogas ha vuelto a la primera línea de la política del país y avanza ahora con un nuevo señalamiento que pretende poner en cuestión si debe permanecer o no en su cargo.

Petro, que ha negado las acusaciones de adicción, asegura que hay un “complot” de la “extrema derecha” para que salga del poder.

En una nueva carta, Álvaro Leyva, quien fuera canciller del gobierno colombiano actual hasta hace poco más de un año, reiteró el martes su denuncia contra Petro por consumo de drogas y, sin mostrar pruebas, le pidió que dé un paso al costado al cuestionar que sea apto para ejercerlo.

“Llegó la hora de revisar su permanencia en la Presidencia de la República… Los trámites para el retiro del cargo de un presidente ahí están”, señaló en su carta.

El mandatario ha replicado a las acusaciones, diciendo que no se deja “esclavizar” por las drogas y señalando a Leyva de ser parte de un complot en su contra fraguado desde una oposición de extrema derecha.

Aquí un panorama sobre las implicaciones del debate político que se agita en Colombia.

¿Puede Petro perder el poder por la polémica de adicción a drogas?

La Constitución colombiana no considera el consumo de drogas como una causal para separar del cargo a un presidente explícitamente. Se consideran “faltas absolutas” del presidente, su muerte, su renuncia aceptada o la incapacidad física permanente y el abandono del cargo, estas dos últimas declaradas por el Senado.

Sin embargo, un grupo de 15 congresistas de oposición busca que se discuta la creación de una comisión médica que rinda un informe sobre el estado de salud de Petro, tras las denuncias, para que se determine si “está en condiciones de gobernar”. También han pedido que le realicen exámenes toxicológicos.

El mandatario ha denunciado en varias oportunidades supuestos planes para sacarlo del poder a través de un “golpe blando” que, a su juicio, están encabezados desde varias entidades y organismos de control del Estado contra su gobierno.

Sin embargo, el presidente goza de un fuero especial por el que le corresponde a la Comisión de Investigación y Acusación de la Cámara de Representantes investigar sus faltas y, en tal caso, hacerle un juicio político. Es la única vía por la que podría ser destituido.

¿De dónde sale la denuncia contra él?

El exministro Álvaro Leyva —quien ejerció como canciller en el propio gobierno de Petro hasta inicios de 2024 — denunció en una carta en abril que el presidente tendría un “problema de la drogadicción”, basándose en que se ausentó dos días en Francia durante una visita oficial realizada en junio de 2023.

En una segunda carta, difundida el martes, insistió en que Petro está “enfermo” y enumeró más viajes oficiales de Estado a países como Chile, China y Suiza en los que el mandatario no habría seguido su agenda. Pese a no aportar pruebas, vinculaba esos incumplimientos de agenda con su supuesto consumo de drogas.

Leyva es un político de raíces conservadoras que se convirtió, en un principio, en un aliado de Petro, el primer presidente de izquierda en gobernar el país. Fue su canciller hasta que fue suspendido y sancionado por la Procuraduría por irregularidades durante un polémico proceso de licitación para elaborar pasaportes.

¿Cómo se ha defendido el presidente colombiano?

Petro ha dicho que ha sido calumniado por Leyva y ha defendido que sus supuestas desapariciones en viajes fueron para visitar a sus familiares o lugares emblemáticos. “¿Drogadicción? Yo soy revolucionario, no me dejo esclavizar”, aseguró el martes en un discurso público en Bogotá.

No es la primera vez que Petro sortea señalamientos de ese tipo. En 2023, una periodista lo instó a confesar si era consumidor de drogas. El mandatario respondió que sólo es adicto a beber café.

Según el presidente colombiano, detrás de los señalamientos de Leyva hay un “complot” para apartarlo del poder. “Desesperados porque les falló el golpe de Estado, se inventan otro. Ahí está Leyva llamando a los de la Comisión de Acusaciones (del Congreso) desesperado… escribiendo infundios”, señaló Petro.

También denunció que las reuniones en las que se planeaba el supuesto “complot” son lideradas por el congresista estadounidense Mario Diaz-Balart, quien lo negó.

“El Sr. Petro da vergüenza ajena”, replicó Díaz-Balart en X, antes Twitter. “Espero que con ayuda profesional”, sugirió el legislador, pueda combatir su adicción ”y se pueda mejorar”.

¿Afecta a la credibilidad de su mandato?

Para Yann Basset, profesor de Ciencia Política de la Universidad del Rosario, la discusión y las polémicas sobre la vida privada de Petro no son nuevas ni considera que puedan derivar en consecuencias reales para su mandato.

“Creo que los partidarios de Petro van a descartar esto efectivamente como un complot y sus adversarios van a decir que por eso se explica que no está haciendo bien su trabajo. Es decir, va a convencer a cada lado de lo justo de sus preconcepciones al respecto”, aseguró Basset a la AP.

Sin embargo, considera que, de fondo, están los incumplimientos en su agenda oficial, que han sido blanco de críticas en su mandato y que terminan por complicar la diplomacia colombiana.

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