Agentes de ICE esperan en pasillos de corte migratoria mientras Trump busca los arrestos prometidos

Por JOSHUA GOODMAN y GISELA SALOMON

MIAMI (AP) — Juan Serrano, un migrante colombiano de 28 años sin antecedentes penales, asistió el miércoles a una vista en la corte de inmigración en Miami para lo que pensó sería un chequeo rápido.

La corte, con paneles de vidrio y estilo antiguo, ve cientos de audiencias de este tipo todos los días. La mayoría dura menos de cinco minutos y termina con un juez ordenando a quienes comparecen que regresen en dos años para defender su caso contra la deportación.

Por eso fue una sorpresa cuando, en lugar de fijar una fecha futura en el tribunal, los abogados del gobierno pidieron desestimar el caso. “Es usted libre de irse”, le dijo la jueza Monica Neumann a Serrano.

Excepto que en realidad no lo era.

Esperándolo al salir de la pequeña sala del tribunal había cinco agentes federales que lo esposaron contra la pared, lo escoltaron al garaje y lo llevaron en una camioneta junto con una docena de otros migrantes detenidos ese mismo día.

No fueron los únicos. En todo Estados Unidos, en cortes de inmigración desde Nueva York hasta Seattle, los funcionarios de Seguridad Nacional están intensificando esta semana sus intervenciones en lo que parece ser una redada coordinada probando nuevos mecanismos legales desplegados por el gobierno del presidente, Donald Trump, para llevar a cabo detenciones masivas.

Aunque Trump hizo campaña con la promesa de expulsiones masivas de lo que él llama “ilegales”, ha tenido dificultades para llevar a cabo sus planes en medio de una serie de demandas, el rechazo de algunos gobiernos extranjeros a recibir a sus ciudadanos y la falta de instalaciones de detención para albergar a los migrantes.

Los arrestos son extremadamente inusuales en o cerca de los tribunales de inmigración, que están gestionados por el Departamento de Justicia. Cuando han ocurrido, generalmente ha sido porque el individuo fue acusado de un delito o su solicitud de asilo fue denegada.

“Todo esto es para acelerar las detenciones y agilizar las expulsiones”, dijo el abogado de inmigración Wilfredo Allen, quien ha representado a migrantes en el tribunal de Miami durante décadas.

Esta semana se emitieron órdenes de desestimación, dicen los funcionarios

Tres funcionarios de inmigración de Estados Unidos dijeron que los abogados del gobierno recibieron la orden de comenzar a desestimar casos cuando se presentaron a trabajar el lunes, sabiendo muy bien que los agentes federales tendrían entonces vía libre para arrestar a esas mismas personas tan pronto como salieran de la sala del tribunal. Todos hablaron bajo condición de anonimato porque temían perder sus empleos.

El miércoles, reporteros de AP presenciaron detenciones y arrestos o hablaron con abogados cuyos clientes fueron detenidos en tribunales de inmigración en Los Ángeles, Phoenix, Nueva York, Seattle, Chicago y Texas.

La nueva iniciativa incluye a personas que no tienen antecedentes penales, migrantes sin representación legal y personas que han pedido asilo, según reportes recibidos por la Asociación Americana de Abogados de Inmigración, conocida como AILA. Aunque se han producido detenciones en los últimos meses, el martes el número de reportes se disparó, dijo Vanessa Dojaquez-Torres, asesora de práctica y política en AILA.

En el caso de Serrano en Miami, la solicitud de desestimación fue entregada por una abogada del gobierno que habló sin identificarse en el registro. Cuando AP pidió el nombre de la mujer, ella se negó y salió apresuradamente de la sala del tribunal pasando por uno de los grupos de agentes federales de civil apostados en todo el edificio.

La Oficina Ejecutiva de Revisión de Inmigración del Departamento de Justicia, que supervisa los tribunales de inmigración, remitió las preguntas al Departamento de Seguridad Nacional. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos, que forma parte de Seguridad Nacional, dijo en un comunicado que estaba deteniendo a personas que están sujetas a la autoridad de deportación rápida.

Fuera del tribunal de Miami el miércoles, un hombre cubano esperaba conseguir un último vistazo a su hijo de 22 años. Inicialmente, cuando el caso de su hijo fue desestimado, su padre asumió que era un primer paso positivo hacia la residencia legal. Pero el esperado respiro rápidamente se convirtió en una pesadilla.

“Mi mundo me vino encima”, dijo el padre, estallando en lágrimas. El hombre, que pidió no ser identificado por temor a ser arrestado, describió a su hijo como un buen chico que rara vez salía de su casa en Miami excepto para ir a trabajar.

“Pensamos que era una buena idea venir aquí”, dijo sobre la comparecencia de su hijo en el tribunal.

Antonio Ramos, un abogado de inmigración con una oficina junto al tribunal de Miami, dijo que las nuevas tácticas del gobierno probablemente tendrán un efecto paralizador en la gran comunidad migrante de Miami, desalentando a individuos que de otro modo cumplirían con la ley de presentarse a sus audiencias por temor a ser arrestados.

“La gente se va a asustar como nunca antes”, dijo.

“No tenemos ni una multa de tránsito”

Serrano ingresó a Estados Unidos en septiembre de 2022 después de huir de su país debido a amenazas asociadas con su trabajo como asesor de un político en la capital colombiana, Bogotá, según su novia, quien habló bajo condición de anonimato por temor a ser arrestada y deportada. El año pasado presentó una solicitud de asilo, dijo.

Ella dijo que se habían conocido trabajando en un equipo de limpieza para remover escombros cerca de Tampa tras el huracán Ian en septiembre de 2022.

“Él era tímido y yo soy extrovertida”, dijo la mujer, que es de Venezuela.

La pareja durmió en las calles cuando se mudaron a Miami, pero eventualmente juntaron suficiente dinero —ella limpiando casas, él trabajando en construcción— para comprar un auto usado y alquilar un apartamento de una habitación por 1.400 al mes.

El apartamento está decorado con fotos de los dos en mejores tiempos, parados frente a la estatua de la Libertad en Nueva York, visitando un parque temático y descansando en la playa. Ella dijo que los dos trabajaban duro, socializaban poco y llevaban una vida respetuosa con la ley.

“No tenemos ni una multa de tránsito”, dijo. “Manejamos como unos abuelitos”.

La mujer estaba esperando fuera del tribunal cuando recibió una llamada de su novio. “Me dijo que me vaya, que estaba detenido y que no había nada que hacer”, dijo.

Todavía estaba procesando la noticia y decidiendo cómo se lo contaría a los padres ancianos de Serrano. Mientras tanto, llamó a un abogado recomendado por un amigo para ver si se podía hacer algo para revertir el arresto.

“Estamos agradecidos con cualquier ayuda”, dijo mientras revisaba el pasaporte de su novio, los papeles de inmigración y los recibos de impuestos del IRS. “Lamentablemente no hay muchos americanos que nos quieren ayudar”.

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Los reporteros de AP Martha Bellisle en Seattle, Sophia Tareen en Chicago, Valerie Gonzalez en McAllen, Texas, y Amy Taxin en Santa Ana, California, contribuyeron a este despacho.

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