Por WAFAA SHURAFA, SAMY MAGDY y JAMEY KEATEN
DEIR AL-BALAH, Franja de Gaza (AP) — Al menos un palestino murió y otros 48 resultaron heridos cuando las fuerzas israelíes abrieron fuego contra una multitud que invadió un nuevo sitio de distribución de ayuda en la Franja de Gaza, establecido por una fundación respaldada por Israel y Estados Unidos, dijo el Ministerio de Salud gazatí el miércoles.
Multitudes de palestinos irrumpieron en el centro de distribución el martes tras derribar las cercas, y un periodista de Associated Press escuchó disparos de tanques y armas israelíes, y vio un helicóptero militar disparando bengalas.
Ajith Sunghay, jefe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU para los territorios palestinos, dijo antes en el día a reporteros en Ginebra que 47 personas habían resultado heridas, en su mayoría por disparos.
Por otra parte, Israel dijo que el miércoles lanzó ataques aéreos contra el aeropuerto internacional de la capital de Yemen, Saná, después de que los rebeldes hutíes respaldados por Irán lanzaran varios misiles contra el país en los últimos días, sin causar víctimas. El ejército indicó que destruyó aeronaves utilizadas por los rebeldes.
Israel atacó por última vez el aeropuerto de Saná el 6 de mayo, destruyendo la terminal del aeropuerto y dejando la pista llena de cráteres. Algunos vuelos se reanudaron el 17 de mayo.
Caos en el nuevo centro de ayuda
El centro de distribución, ubicado a las afueras de Rafah, la ciudad más al sur del sitiado enclave palestino, fue inaugurado en la víspera por la Fundación Humanitaria de Gaza, que ha sido designada por Israel para hacerse cargo de las operaciones de ayuda.
La ONU y otras organizaciones humanitarias rechazan el nuevo sistema alegando que no podrá satisfacer las necesidades de los 2,3 millones de habitantes de la Franja y permite a Israel usar los alimentos como arma para controlar a la población. También han advertido sobre el riesgo de fricción entre las tropas israelíes y quienes buscan suministros.
Los palestinos están desesperados por conseguir alimentos después de que un bloqueo israelí de casi tres meses dejó el territorio al borde de la hambruna.
Israel sostiene que ayudó a establecer el nuevo mecanismo de ayuda para evitar que Hamás se apropie de los suministros, pero no ha proporcionado evidencias de un desvío sistemático y las agencias de la ONU dicen que tienen mecanismos para prevenirlo.
La Fundación Humanitaria de Gaza apuntó que ha establecido cuatro centros, de los cuales dos han comenzado ya a funcionar. Están custodiados por contratistas de seguridad privada y tienen cercas de malla que conducen a los palestinos hacia lo que parecen bases militares rodeadas de grandes terraplenes de arena. Según la fundación, sus contratistas militares no dispararon a la multitud, sino que “retrocedieron” antes de reanudar las operaciones.
Las fuerzas israelíes están estacionadas en las inmediaciones, en lo que Israel llama el corredor de Morag, una zona militar que separa la ciudad meridional de Rafah —que ahora está en su mayoría deshabitada— del resto del territorio.
La ONU y otros grupos humanitarios se han negado a participar en el sistema de la fundación y señalan que viola los principios humanitarios. Afirman que Israel puede utilizarla para obligar a la población a desplazarse al exigir que se trasladen cerca de los pocos centros de distribución o, de lo contrario, se enfrentarán a la inanición, lo que constituye una violación del derecho internacional.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dijo el martes que “hubo una pérdida de control momentánea” en el punto de distribución, añadiendo que “afortunadamente, lo controlamos”.
Repitió que Israel planea trasladar a toda la población de Gaza a una “zona estéril” en el extremo sur del territorio mientras sus tropas combaten contra Hamás en otros puntos.
Durante la guerra, la ONU y otros grupos de ayuda han llevado a cabo una operación masiva de distribución de alimentos, medicinas y otros suministros dondequiera que estuvieran los palestinos. Según Israel, la Fundación Humanitaria de Gaza reemplazará a esa red, pero la semana pasada permitió la entrada de una pequeña cantidad de ayuda al enclave para que la ONU la distribuyera.
Israel dice que destruyó el último avión de los hutíes
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, dijo que los ataques del miércoles destruyeron el último avión utilizado por los hutíes, mientras que la televisora al-Masirah, controlada por los rebeldes, reportó el objetivo era un aeroplano de la aerolínea nacional Yemenia.
Según FlightRadar24, Yemenia tenía un total de cuatro aeronaves registradas.
Los hutíes han atacado a Israel desde el inicio de la guerra en Gaza en solidaridad con los palestinos, lo que ha elevado su perfil tanto en el país como en el extranjero como el último miembro del autodenominado “Eje de Resistencia” de Irán con capacidad para lanzar ataques regulares contra Israel.
Los misiles hutíes han sido interceptados en su mayoría, aunque algunos han superado los sistemas de defensa antimisiles israelíes y causaron víctimas y daños. Israel, por su parte, ha atacado frecuentemente a los rebeldes, especialmente alrededor del crucial puerto de Hodeida.
Netanyahu apuntó que Israel seguirá atacando mientras los hutíes continúen lanzando misiles hacia Israel. “Quien no lo entienda por la fuerza, lo entenderá con más fuerza”, afirmó.
La guerra en Gaza comenzó cuando insurgentes liderados por Hamás irrumpieron en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023 y mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron a otras 251 como rehenes. Hamás tiene aún 58 cautivos, de los cuales se cree que alrededor de un tercio siguen vivos. La mayoría fueron liberados en acuerdos de alto el fuego o de otro tipo. Las fuerzas israelíes han rescatado a ocho personas y recuperaron decenas de cuerpos.
La campaña de represalia israelí se ha cobrado la vida de más de de 54.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que afirma que la mayoría de las víctimas son mujeres y niños aunque su conteo no distingue entre civiles y combatientes.
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Magdy informó desde El Cairo, Egipto, y Keaten desde Ginebra. La periodista de The Associated Press Melanie Lidman en Dubái, Emiratos Árabes Unidos contribuyó a este despacho.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.