Más de 44,000 inmigrantes fueron enviados a Chicago en autobús o avión en los últimos dos años y la lucha de la ciudad para darles techo, comida y mantenerlos seguros agotó los recursos y ha provocado un feroz debate sobre cómo se gastan los escasos dólares de los impuestos.
Pero la afluencia -en gran parte provocada por el hombre- de los solicitantes de asilo que han sido enviados desde Texas a ciudades como Chicago, probablemente “sólo es el principio” de los movimientos migratorios a medida que las preocupaciones climáticas continúan aumentando, pronosticó el martes el concejal André Vásquez, (D-40).
Durante una audiencia del Comité de Inmigración del Concejo Municipal, los concejales sopesaron el martes la perspectiva de futuros desastres relacionados con el cambio climático que empujarían a la gente a la ciudad; ofrecieron advertencias y recomendaciones, los expertos en migración argumentaron que la llegada de futuras afluencias de inmigrantes es sólo cuestión de cuándo.
A ciudades como Chicago con acceso a cuerpos de agua dulce les irá mejor con el cambio climático y, como resultado, verán aumentos en la migración, dijo Vásquez, presidente del comité.
Como hemos experimentado, los gobiernos no están preparados para hacer frente a enormes flujos migratorios”, afirmó. “Pero esta es la dirección en la que van las cosas, ya sea que una ciudad esté preparada o no”.
Los actuales desafíos de Chicago en materia de vivienda para migrantes comenzaron cuando el gobernador republicano Greg Abbott de Texas comenzó a enviar en autobús a la ciudad a migrantes, en su mayoría venezolanos, en agosto de 2022. Desde entonces, la ciudad ha gastado alrededor de $400 millones en el cuidado de los recién llegados.
Ese esfuerzo de cuidado ha experimentado una relativa calma en las últimas semanas a medida que el número de recién llegados y de personas que viven en refugios administrados por la ciudad y el estado ha disminuido constantemente. En los refugios viven 5,950 personas, a diferencia de las 15,000 que había a principios de año.
El cambio climático ya ha traído migrantes y otros recién llegados a Chicago, incluidos desastres como el huracán Katrina en 2005 y el huracán María en 2017, dijo Dulce Guzmán, subdirectora de desarrollo institucional del grupo de coalición de migrantes Alianza Américas.
Quienes llegan a Chicago muchas veces necesitan vivienda o trabajo y tienen que hacerlo prácticamente desde cero después de haber perdido todo, desde su estructura de soporte hasta sus automóviles. Pero los gobiernos luchan por conectarlos rápidamente con los recursos que necesitan, dijo Guzmán. Podrían producirse después de un único desastre importante o de “movimientos constantes que duran décadas”, añadió.
“A medida que los efectos del cambio climático empeoren, ninguna comunidad que envíe o reciba será inmune a la amenaza climática”, dijo Guzmán.
Los expertos imploraron a los concejales que construyeran sistemas de apoyo a los migrantes que estén listos para futuras afluencias y que se asocien con países latinoamericanos y caribeños vulnerables al clima para ayudarlos a manejar mejor las crisis futuras.
Vásquez argumentó que la ciudad necesita combinar sus sistemas de refugio tanto para las personas sin hogar como para los inmigrantes, a fin de prepararse para lo que se avecina. Es una idea que los defensores de las personas sin hogar han defendido durante mucho tiempo y en la que la administración del alcalde Brandon Johnson ha anunciado que está trabajando.
“A menos que veamos algún cambio mundial en nuestro comportamiento, parece que esto sólo irá en una dirección”, dijo, señalando que faltan servicios para los inmigrantes y las personas sin hogar. “Ya sea que seas un migrante que acaba de llegar aquí o que hayas estado aquí durante décadas y hayas nacido aquí, los servicios y recursos no son adecuados”.
El comité también discutió otra crisis en Suramérica que podría provocar una mayor migración a Estados Unidos y Chicago. En medio de la inestabilidad y la violencia en Ecuador, el gobierno federal debería otorgar a los ecuatorianos que vienen a Estados Unidos el estatus de protección temporal, una designación que permite a los refugiados buscar trabajo en Estados Unidos una vez aprobada.
La solicitud fue respaldada por organizaciones comunitarias ecuatorianas y el cónsul general local del país.
“Al igual que la comunidad ecuatoriana, hay muchas personas en toda Latinoamérica que huyen de la violencia, que huyen del cambio global y, muchas veces, de nuestras políticas exteriores”, dijo el concejal Byron Sigcho-Lopez, (D-25), quien se crió en Ecuador.
Los concejales también pidieron al Departamento de Policía de Chicago que procese mejor las visas para inmigrantes víctimas de delitos. El departamento necesita explicar por qué tiene dificultades para procesar las llamadas visas “U” que ayudan a las víctimas a presentarse para abordar el crimen incluso cuando no tienen estatus legal, dijo el patrocinador, concejal Raymond López (D-15).
—Traducido por Leticia Espinosa/TCA