Apple ha tenido pocos incentivos en el pasado para fabricar iPhones en EEUU

Por MICHAEL LIEDTKE

SAN FRANCISCO (AP) — Tras criticar los planes de Apple de fabricar la mayoría de sus iPhones estadounidenses en India, el presidente Donald Trump amenazó el viernes con imponer un arancel del 25% al popular dispositivo a menos que el gigante tecnológico comience a fabricarlo en su país de origen, una medida que aún parece poco probable que ocurra pronto, si es que llega a suceder.

Durante décadas, Apple ha fabricado la mayoría de sus dispositivos en China, donde ha invertido decenas de miles de millones de dólares en fábricas enormes que dependen de una vasta red de proveedores locales. La dependencia de la compañía de una cadena de suministros crucial fuera de Estados Unidos puso a esta empresa vanguardista en la mira de la guerra comercial de Trump.

En respuesta al altercado de Trump con China, Tim Cook, director general de Apple, indicó este mes que la mayoría de los iPhones vendidos en Estados Unidos durante el período de marzo a junio provendrían de India. Aunque Trump decidió a finales de abril eximir temporalmente al iPhone y otros dispositivos electrónicos de la mayoría de sus aranceles iniciales, Cook destacó que a fin de cuentas la guerra comercial le costaría 900 millones de dólares adicionales a Apple en el periodo de marzo a junio.

Luego de que Trump presentara sus extensos aranceles en abril, analistas del sector estimaron que los impuestos elevarían el precio de un iPhone de 1.200 dólares fabricado en China a 1.500 dólares. Es podría sonar excesivo, pero la mayoría de los analistas creen que, si de alguna manera Apple pudiera empezar a fabricar iPhones en Estados Unidos, los precios de los dispositivos se dispararían a cuando menos 2.000 dólares, e incluso podrían llegar a 3.500 dólares.

La falta de incentivos para que Apple traslade su producción a Estados Unidos incluye una compleja cadena de suministro que Cook comenzó a diseñar en la década de 1990 cuando trabajaba para su predecesor, Steve Jobs, el cofundador de la empresa, quien falleció en 2011. Construir plantas nuevas en territorio estadounidense tomaría varios años y costaría miles de millones de dólares. En combinación con la situación económica actual, el precio de un iPhone podría triplicarse, lo que amenazaría con hundir las ventas del producto estrella de Apple, que generó ingresos por 201.000 millones de dólares durante el año fiscal más reciente de la empresa.

“La idea de fabricar los iPhones en Estados Unidos es inviable”, expuso Dan Ives, analista de Wedbush Securities —una consultoría financiera—, quien reflejó una opinión muy generalizada en la comunidad de inversionistas que sigue de cerca cada movimiento que hace Apple. Estimó que el precio actual de 1.000 dólares por un iPhone fabricado en China, o India, se dispararía a más de 3.000 dólares si la producción se trasladara a Estados Unidos. Y cree que mudar la producción al país probablemente no podría concretarse hasta 2028, en el mejor de los casos. “Los precios se moverían tan drásticamente que es difícil darse una idea”.

En una nota de investigación del viernes, Ives pronosticó que Cook se involucraría en un “juego de negociaciones” con Trump que eximiría al iPhone de los aranceles del 25%.

Planificar para el futuro también se ha vuelto más difícil para Apple y otras empresas tecnológicas en medio de la conmoción causada por el rápido auge de la inteligencia artificial. A medida que la IA se vuelve más sofisticada, esa tecnología podría generar una próxima ola de dispositivos a manos libres y sin pantalla que reduzcan la demanda de teléfonos inteligentes.

“Usted podría no necesitar un iPhone dentro de 10 años, por descabellado que suene”, observó Eddy Cue, ejecutivo de Apple, este mes durante un juicio sobre la propuesta del Departamento de Justicia de desmembrar a Google por ejercer un monopolio ilegal en el sector de las búsquedas en internet.

Apple no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios el viernes. En una conferencia telefónica en mayo sobre sus resultados trimestrales, Cook reportó a los inversores que los aranceles tuvieron un “impacto limitado” en la empresa en el trimestre de marzo porque pudo optimizar su cadena de suministro. No obstante, Cook advirtió que es “muy difícil” predecir más allá de junio, “porque no estoy seguro de qué ocurrirá con los aranceles”.

La gran pregunta es cuánto tiempo estaría dispuesta Apple a mantener sus precios actuales si los impuestos a las importaciones con los que la amenazó Trump se vuelven demasiado insoportables y transfiere parte de la carga a los consumidores. Incluso si los aranceles no suben más, muchos analistas pronostican que Apple subirá los precios del iPhone a fines de este año, cuando suele lanzar sus nuevos modelos, una perspectiva que podría incitar a los consumidores a derrochar para actualizar su dispositivo este verano.

Una de las principales razones por las que Apple ha tenido margen de maniobra para sostener el precio actual del iPhone es que la empresa mantiene enormes márgenes de ganancias gracias a los ingresos generados por las suscripciones y otros servicios vinculados a su producto, según Dipanjan Chatterjee, analista de Forrester Research, una compañía de investigación de mercados. Esa división, que generó 96.000 millones de dólares en ingresos en el último año fiscal de Apple, no se ha visto afectada por los aranceles de Trump.

“Apple puede absorber parte del aumento de costos inducido por los aranceles sin (sufrir) un impacto financiero significativo, al menos a corto plazo”, agregó Chatterjee.

Pero ahora Apple se enfrenta a una disminución significativa en sus ingresos por servicios luego de que un juez federal emitiera recientemente una orden que le prohíbe cobrar comisiones por transacciones dentro de las apps para iPhone que se procesan en sistemas de pago que no sean el suyo. A menos que Apple prevalezca en una apelación, el fallo podría costarle a la empresa miles de millones de dólares al año.

Apple intentó apaciguar a Trump en febrero cuando anunció planes para invertir 500 mil millones de dólares y contratar a 20.000 personas en Estados Unidos para 2028, pero nada de eso estaba vinculado a la fabricación de un iPhone en el país. En cambio, Apple se comprometió a financiar un centro de datos en Houston para servidores informáticos que impulsan la inteligencia artificial, una tecnología en la que la empresa incursiona y que ha generado una fiebre en toda la industria.

Howard Lutnick, el secretario de Comercio, también predijo que los aranceles forzarían a un cambio en la fabricación de los iPhones durante una presentación el 6 de abril en un programa de CBS News. “El ejército de millones y millones de seres humanos que atornillan tornillos pequeños para fabricar los iPhones, ese tipo de cosas va a venir a Estados Unidos”, declaró Lutnick.

Pero durante una presentación en una conferencia en China en 2017, Cook expresó sus dudas sobre si la fuerza laboral estadounidense contaba con suficientes trabajadores con las habilidades vocacionales necesarias para realizar el trabajo meticuloso y tedioso del que Lutnick hablaba.

“En Estados Unidos podrías tener una reunión de ingenieros de herramientas y no estoy seguro de que pudiéramos llenar la habitación”, expresó Cook. “En China podrías llenar varias canchas de fútbol”.

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