Por NICOLAS VAUX-MONTAGNY
Un pedófilo y excirujano de 74 años que violó a cientos de víctimas durante un período de más de dos décadas fue condenado el viernes a una pena máxima de 20 años de prisión por un tribunal francés.
Joël Le Scouarnec fue declarado culpable de violar y agredir sexualmente a 299 niños.
Los jueces siguieron las recomendaciones del ministerio público respecto a la duración de la sentencia, y el tribunal penal de Morbihan ordenó que el acusado cumpla al menos dos tercios de la sentencia antes de ser elegible para la liberación.
Le Scouarnec ya cumple una sentencia de 15 años de prisión tras ser condenado en 2020 por la violación y agresión sexual de cuatro niños, incluidas dos sobrinas.
El nuevo juicio en Bretaña, al oeste de Francia, comenzó en febrero y reveló un patrón de abuso ocurrido entre 1989 y 2014. La mayoría de las víctimas eran pacientes hospitalarios que estaban inconscientes o sedados en el momento de las agresiones. La edad promedio era de 11 años. Entre las víctimas había 158 niños y 141 niñas.
Acusaciones de inacción
Durante el juicio, grupos de defensa han acusado a las autoridades sanitarias de no actuar incluso después de ser notificadas, ya en 2005, de la condena de Le Scouarnec por posesión de imágenes de pornografía infantil.
En ese momento, no se tomaron medidas para suspender su licencia médica o limitar su contacto con niños, y el médico continuó su abuso en hospitales hasta su arresto en 2017.
”¿Debería Joël Le Scouarnec haber sido el único en el banquillo de los acusados?”, preguntó el fiscal Stéphane Kellenberger en sus argumentos finales.
“Se pudo haber hecho más”, afirmó. “Las cosas podrían haberse hecho de otra manera, aun dentro de las notorias capas de la burocracia francesa, donde las responsabilidades a menudo se pasan de una autoridad a otra hasta que, finalmente, esa responsabilidad se pierde y afecta vidas inocentes.”
Le Scouarnec ha confesado todos los abusos sexuales que le atribuyen las 299 partes civiles, así como otras agresiones que ahora están fuera del plazo de prescripción. En una impactante confesión durante el juicio, también reconoció haber abusado sexualmente de su nieta, una declaración hecha frente a sus padres visiblemente angustiados.
Le Scouarnec había sido condenado en 2005 por posesión e importación de material de abuso sexual infantil y sentenciado a cuatro meses de prisión suspendida. A pesar de esa condena, fue nombrado practicante hospitalario al año siguiente. Los grupos de protección infantil que se han unido al proceso como partes civiles esperan que el caso ayude a fortalecer el marco legal para prevenir tales abusos.
Desmantelando tabúes
El juicio de Le Scouarnec se produjo mientras los activistas continúan presionando para desmantelar los tabúes que han rodeado durante mucho tiempo el abuso sexual en Francia. El caso más destacado fue el de Gisèle Pélicot, quien fue drogada y violada por su ahora exmarido y decenas de otros hombres, que fueron condenados y sentenciados en diciembre a penas de 3 a 20 años de prisión.
En un caso separado centrado en el presunto abuso en una escuela católica, una comisión de investigación de la Asamblea Nacional, que es la cámara baja del parlamento de Francia, investiga denuncias de abuso físico y sexual durante cinco décadas.
Sin embargo, las víctimas de Le Scouarnec se han quejado de una aparente falta de atención.
“Este juicio, que podría haber servido como un laboratorio al aire libre para exponer las graves fallas de nuestras instituciones, parece no dejar huella en el gobierno, la comunidad médica o la sociedad en general”, dijo un grupo de víctimas en un comunicado.
Cuadernos perturbadores
Inicialmente, no todas las víctimas eran conscientes de que habían sufrido abusos. Algunas fueron contactadas por los investigadores cuando éstos hallaron sus nombres en diarios que Le Scouarnec mantenía y en los que documentaba meticulosamente sus crímenes. Otras solo se dieron cuenta de que habían sido hospitalizadas en ese momento después de revisar los registros médicos. Dos de sus víctimas se quitaron la vida algunos años antes del juicio.
Con el pretexto de realizar procedimientos médicos, el excirujano abdominal y digestivo se aprovechó de los momentos en que los niños estaban solos en sus habitaciones de hospital. Su método era disfrazar el abuso sexual como atención clínica, agrediendo a jóvenes pacientes que probablemente no recordarían los encuentros.
Los cuadernos, donde se detalla el abuso en lenguaje explícito, se han convertido en elementos centrales para el caso de la fiscalía.
A pesar del alcance de las acusaciones, Le Scouarnec se ha mantenido tranquilo y sereno durante todo el juicio.
“Yo no los veía como personas”, dijo al tribunal. “Eran el destino de mis fantasías. A medida que avanzaba el juicio, comencé a verlos como individuos, con emociones, ira, sufrimiento y angustia.”
Dijo que su primer acto de abuso ocurrió en 1985, cuando violó a su sobrina de cinco años.
Desapegado y sin emociones
Aunque ofreció disculpas a algunas de las víctimas, para muchas personas, su comportamiento pareció desapegado y sin emociones.
“No muestro emoción, así soy yo”, dijo. “Eso no significa que no lo sienta, pero no lo expreso”.
El caso salió a la luz por primera vez en abril de 2017, cuando una vecina de 6 años le dijo a su madre que el hombre de al lado se había exhibido y la había tocado a través de la cerca que separaba sus propiedades.
En un registro de su casa se descubrieron más de 300,000 fotos, 650 archivos de video de pedofilia, zoofilia y escatología, así como cuadernos donde se describía a sí mismo como un pedófilo y detallaba sus acciones.
El fiscal Kellenberger dijo al tribunal: “Joël Le Scouarnec dice que ya no siente atracción sexual por los niños, pero no hay forma de verificarlo. Los expertos concluyeron que no podemos confiar solo en su palabra y que su potencial de peligro futuro sigue siendo significativo.”
Se espera un tercer juicio en los próximos años, tras la aparición de nuevas acusaciones durante este proceso, entre ellas, un abuso relacionado con su nieta.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.