Por JEROME PUGMIRE
Luis Enrique se deshizo de los Galácticos en el Paris Saint-Germain. Y luego, él mismo se convirtió en uno.
El entrenador, quien quizá debería ser llamado mejor arquitecto o visionario, orquestó la destrucción de 5-0 causada el sábado por el PSG al Inter de Milán en la final de la Liga de Campeones.
El partido fue tan desigual que se asemejó a una sesión de entrenamiento contra un equipo amateur, en lugar de un club ganador de la Copa de Europa en tres ocasiones.
Pases, movimiento, energía.
Presión incansable, delanteros que retrocedían para defender, extremos que protegían a los laterales.
¿Era realmente el PSG?
Sí.
Todos estos atributos se mostraron en Múnich cuando Luis Enrique se unió a una pléyade de entrenadores que han ganado la Liga de Campeones con más de un club. Su otro éxito fue con el Barcelona en 2015 —una victoria de 3-1 contra la Juventus.
Pero lo del sábado fue más dulce.
“Mi staff y yo y especialmente los jugadores hemos preparado la final de una manera consciente, calma, con la calma necesaria para toda la exitación que había alrededor del equipo porque ganar la primera es algo muy importante para el club y los aficionados”, indicó el estratega. “Ya la tenemos, ya está en París, nos la llevaremos a París mañana”.
Antes de la llegada de Luis Enrique al inicio de la temporada pasada, tal trabajo en equipo y desinterés no eran las características del PSG.
Estaba lejos de eso.
El PSG se había vuelto cada vez más complaciente con nombres estelares como Neymar, Thiago Silva, Lionel Messi, Edinson Cavani, Zlatan Ibrahimovic y Kylian Mbappé.
Todos son jugadores excelentes, algunos incluso hjistóricos, pero vinieron y se fueron sin ganar el mayor premio de clubes de Europa. Consecuentemente, la impaciencia de los propietarios qataríes del club llevó a un carrusel de entrenadores.
Cuando Luis Enrique asumió el cargo, audazmente fue en contra de lo que los propietarios del PSG habían hecho desde que tomaron el control hace 14 años.
Ya no se trataba de complacer con poder estelar y, aún más importante, no se trataba de a quién firmaba el nuevo entrenador, sino de a quién vendía.
Salieron Neymar y el centrocampista Marco Verratti, quienes ocuparon demasiados titulares fuera del campo en medio de informes regulares sobre su estilo de vida y una inclinación por las fiestas. Luego, en el receso entre campañas, llegó el mayor golpe de todos cuando Mbappé —el máximo goleador del club— se unió al Real Madrid.
¿Cómo se las arreglaría el PSG en la liga francesa, y sobre todo en la Liga de Campeones, sin un jugador del que había dependido en exceso durante tanto tiempo?
Resulta que bastante bien, aunque tomó tiempo y coraje.
“El día que me presenté en el campus, en mi primera rueda de prensa y en un francés todavía peor del que hablo ahora mismo, dije que el objetivo que tenía como entrenador aquí era ganar trofeos importantes… el único trofeo importante que le faltaba al París Saint-Germain era la Champions League”, rememoró Luis Enrique. Hemos sido los primeros en conseguirla, eso significa que queremos ser ambiciosos y queremos seguir conquistando títulos importantes para el club y es muy bonito cuando eres profesional poder hacer feliz a mucha gente que ni conoces”.
¿Cuáles fueron los puntos de inflexión en la temporada del PSG?
En una lluviosa noche de otoño en Londres, Ousmane Dembélé fue dejado fuera por Luis Enrique y el PSG cayó ante el Arsenal por 2-0 en una actuación desastrosamente pobre.
Luis Enrique dejó claro que buscaba dedicación en su equipo y esto no era negociable, por lo que dejó fuera a Dembélé.
Los críticos cuestionaron su decisión y las dudas continuaron mientras el PSG sufría bajo el formato renovado de la Liga de Campeones, perdiendo ante el Atlético de Madrid y el Bayern Múnich.
Pero por desconcertante que fue la decisión para algunos, mostró que Luis Enrique no iba a ceder el poder a los jugadores, como tantos de sus predecesores.
En lugar de exigir un traspaso o quejarse, Dembélé no dijo nada. Unos meses después, se transformó en un goleador prolífico y ahora es un posible ganador del Balón de Oro.
El otro punto de inflexión llegó el 22 de enero.
El PSG enfrentaba una posible eliminación de la primera fase de la Liga de Campeones si perdía en casa ante el Manchester City, el campeón de 2023. En un escenario de pesadilla, el club francés quedó abajo por 2-0.
Y Mbappé no estaba ahí para salvar al equipo.
Lo que sucedió a continuación definió su temporada. Los jóvenes del club tomaron la iniciativa y convirtieron una derrota que parecía inevitable en un triunfo por 4-2.
Notablemente, el ataque rediseñado del PSG funcionó con cuatro goleadores diferentes en lugar de depender demasiado de uno solo.
Los jóvenes siguieron adelante, mientras un resurgido PSG sumaba a su doblete de campeonatos domésticos el título de la Liga de Campeones para un notable triplete —que Luis Enrique logró por primera vez con el Barcelona hace diez años.
Fue profundamente simbólico que el mejor jugador del PSG contra el Inter fuera Désiré Doué, de 19 años, quien asistió en el primer gol y luego anotó dos veces.
Además, hubo cuatro goleadores diferentes en la noche, al igual que contra el City.
El último gol del PSG fue anotado por Senny Mayulu, un talento de 19 años que creció en el suburbio de Le Blanc-Mesnil, al noreste de París.
En memoria de su hija
La hija de Luis Enrique, Xana, murió hace seis años a la edad de 9.
En la rueda de prensa posterior al partido, se preguntó a Luis Enrique sobre la niña. Los aficionados del PSG levantaron una pancarta con el nombre de Xana después del partido, y el técnico cambió su ropa para ponerse una camiseta de la fundación que creó en su memoria.
“Muy emocionante evidentemente la pancarta y el detalle de los aficionados con mi familia, pero yo no necesito ganar una Champions ni ganar un partido para recordar a mi hija”, respondió. “Mi hija está siempre presente y apoyando a la familia, y la siento especialmente cuando perdemos o cuando las cosas no salen bien. Se trata de focalizar todo lo nuevo que vivió nuestra hija con nosotgros y sacar lo positivo de lo negativo”.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.