El alcalde Brandon Johnson está liderando una campaña en varias ciudades para pedir al presidente Joe Biden que permita a los residentes de larga duración en Estados Unidos sin permiso legal trabajar legalmente.
Johnson anunció el jueves el esfuerzo de “desafiar al presidente Biden” para crear un proceso de autorización de trabajo simplificado para los inmigrantes a largo plazo que viven ilegalmente en el país y para los inmigrantes recientes, mientras hablaba con más de dos docenas de importantes empresas, organizaciones religiosas, laborales, organizaciones sin fines de lucro y líderes de derechos de los inmigrantes.
La campaña “Permisos de trabajo para todos”, respaldada por Johnson, espera permitir a las aproximadamente 450,000 personas que viven en Illinois -la inmensa mayoría de los habitantes de Chicago que llevan viviendo en la ciudad una media de 15 años- “trabajar y mantener a sus familias y contribuir a sus comunidades”, declaró.
“Vamos a seguir instando al presidente Biden a utilizar todas las herramientas que estén a su disposición para apoyar a nuestros recién llegados y a nuestros residentes indocumentados”, dijo Johnson. “Esta es una crisis global internacional que requiere una respuesta federal”.
La petición de ayuda liderada por Chicago ya ha encontrado el apoyo de grandes ciudades como Nueva York, Denver y San Francisco, dijo Johnson. Se está distribuyendo una carta en la que se hace la petición entre una coalición de 300 ciudades, en un esfuerzo por obtener un respaldo más amplio antes de enviarla a Biden.
El llamamiento se produce mientras Johnson lidera los esfuerzos de Chicago para albergar a los más de 38,000 inmigrantes que han llegado desde agosto de 2022, muchos de ellos enviados en autobús desde Texas por el gobernador Greg Abbott. El alcalde ha exigido repetidamente al gobierno federal que apoye este esfuerzo costoso e “insostenible”. Sin embargo, se ha materializado poca ayuda más allá de los limitados permisos de trabajo legales para los recientes solicitantes de asilo.
A pesar del estancamiento del Congreso en materia de inmigración, Biden tiene la capacidad de despejar el camino hacia el trabajo legal, argumentaron el jueves Johnson y otros partidarios de la campaña. Los permisos de trabajo darían dignidad y estabilidad a los habitantes de Chicago que se encuentran en el país sin permiso legal, al tiempo que permitirían a los nuevos inmigrantes valerse por sí mismos, afirmaron.
Pero la petición de ayuda de Johnson dista mucho de ser la primera. En una campaña de presión ante la Casa Blanca realizada en noviembre junto con otros cuatro alcaldes de grandes ciudades, Johnson instó a Biden a repartir $5,000 millones en ayudas. La misma coalición que se reunió el jueves también exigió a Biden que permitiera “permisos de trabajo para todos” en diciembre.
Preguntado el jueves por qué cree que los repetidos llamamientos a Biden conducirán ahora a un cambio de política, Johnson argumentó que el cambio se producirá con una presión continuada en el tiempo.
“La organización sigue creciendo”, dijo. “La diferencia es que hoy es un nuevo día”.
En la mesa redonda se expusieron historias de personas que luchan sin permiso de trabajo.
Carlil Pittman, director ejecutivo del grupo de prevención de la violencia armada GoodKids MadCity, de Englewood, destacó la precaria situación en la que se encuentra el padre de su esposa por carecer de permiso de trabajo.
“Hay un miedo constante a sentirse prescindible. Ser un contribuyente que no se beneficia de este país ni siquiera por tener un permiso de trabajo no es un sistema justo”, afirmó Pittman.
Líderes empresariales y sindicales describieron la autorización de trabajo como una forma de ayudar a Chicago a atraer empresas. Los habitantes de Illinois, en EEUU sin permiso legal, pagan $1,500 millones en impuestos cada año, dijo Rebecca Shi, directora ejecutiva de la American Business Immigration Coalition.
Johnson se hizo eco del sentimiento, señalando el potencial de los inmigrantes para llenar espacios vacíos y abrir empleos mientras hacen crecer la economía de Chicago. Enfrentó un claro contraste con los críticos que han argumentado, en medio del gasto en nuevos inmigrantes, que la ciudad debería gastar más en los residentes de larga duración en dificultades, especialmente en los barrios negros.
“La inmigración es una oportunidad”, dijo Johnson. “Permitir trabajar a las comunidades de inmigrantes tiene claros beneficios económicos”.
“Hay fuerzas aquí que buscan dividirnos. No bajo mi vigilancia. Aquí hay suficiente para todos”, prosiguió.
Muchos oradores señalaron la diversidad de los residentes de Chicago sin permiso legal y de la población inmigrante reciente. Aunque muchas de las personas que se encuentran en albergues temporales proceden de Venezuela, entre la población de Chicago que carece de un estatuto legal permanente hay decenas de miles de negros, asiáticos y blancos, dijeron.
— Traducción por José Luis Sánchez Pando/TCA