Por KANIS LEUNG
HONG KONG (AP) — El imperio empresarial del magnate de Hong Kong Li Ka-shing está en el punto de mira después de que CK Hutchison Holdings decidiera vender sus activos portuarios del Canal de Panamá a un consorcio que incluye a la firma de inversión estadounidense BlackRock Inc., lo que aparentemente ha enfurecido a Beijing.
En la última semana, las oficinas de asuntos de Hong Kong de Beijing han publicado comentarios mordaces de un medio local respaldado por el estado sobre el acuerdo preliminar de Hutchison, que está controlado por la familia de Li.
Esto plantea dudas sobre el acuerdo y destaca las dificultades que enfrentan las empresas de Hong Kong a la hora de equilibrar las exigencias de lealtad nacional de Beijing con sus propios intereses capitalistas en el que alguna vez fue un centro financiero asiático de libre comercio.
A continuación, las claves sobre el tema.
El magnate más rico de Hong Kong
Apodado “Superman”, Li está entre las 50 personas más ricas del mundo con un patrimonio neto de 38.000 millones de dólares, según estimaciones de Forbes. Li, de 96 años, se retiró de su puesto como presidente de CK Hutchison en 2018 y fue sucedido por su hijo mayor, Victor. Sin embargo, sigue siendo una de las figuras más influyentes de Hong Kong.
La historia de cómo Li pasó de la pobreza a la riqueza fue paralela al ascenso de la antigua colonia británica. Su imperio empresarial toca casi todos los aspectos de la vida diaria en Hong Kong, desde propiedades y supermercados hasta telecomunicaciones y servicios públicos. A nivel global, su conglomerado posee activos que incluyen la cadena de farmacias británica Superdrug y el operador de redes de telefonía móvil europeo Three.
Una subsidiaria de Hutchison ha operado puertos en ambos extremos del Canal de Panamá desde 1997. Esa fue una de las razones por las que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alegó interferencias chinas en las operaciones de la crucial vía marítima.
Los lazos de Li con Beijing
La influencia de Li se extiende más allá de los negocios. Ha mantenido reuniones con líderes chinos de alto nivel y ha servido en el comité de élite que seleccionó al líder de Hong Kong.
Expertos en los lazos entre Beijing y Hong Kong dijeron que los líderes del Partido Comunista que gobierna el país entendieron una vez que el apoyo del sector empresarial era crucial para mantener el sistema capitalista de Hong Kong. Ha sido estratégicamente vital para la economía de China continental, dado el papel que sus redes y recursos globales juegan en el desarrollo del país. Por lo tanto, Li ha tenido una notable influencia política.
Sin embargo, Li ha enfrentado críticas por algunas decisiones empresariales. Cuando vendió algunos activos en la China continental en 2015, un artículo publicado por un grupo de expertos afiliado a la agencia oficial de noticias china Xinhua lo acusó de ser inmoral.
Durante las protestas prodemocráticas en 2019, Li fue criticado por algunos partidarios pro-Beijing por su aparente ambivalencia sobre los disturbios. Otros líderes empresariales de Hong Kong adoptaron una postura más dura.
Acuerdo de los puertos de Panamá
CK Hutchison anunció el 4 de marzo que vendería todas sus acciones en Hutchison Port Holdings y en Hutchison Port Group Holdings al consorcio que también incluye a la subsidiaria de BlackRock Global Infrastructure Partners y Terminal Investment Limited, presidida por el heredero naviero italiano Diego Aponte, cuya familia, según reportes, tiene una larga relación con la de Li.
Si se aprueba, el acuerdo, valorado en casi 23.000 millones de dólares, incluidos 5.000 millones en deuda, dará al consorcio el control de 43 puertos en 23 países, incluidos los puertos de Balboa y Cristóbal, ubicados en los extremos del canal. La transacción no incluye puertos en Hong Kong o China continental. CK Hutchison dijo que la transacción era puramente de naturaleza comercial.
El acuerdo complació a Trump pero enfureció a Beijing.
Uno de los comentarios de un periódico respaldado por Beijing describió el acuerdo como una traición a todos los chinos y dijo que la empresa debería pensar de qué lado ponerse. El otro dijo que los grandes empresarios son patriotas, sugiriendo que los empresarios que “bailan con” políticos estadounidenses depredadores estarían condenados a la infamia.
Los comentarios en publicaciones populares sobre el acuerdo en la plataforma de redes sociales china Weibo tienden a ser más críticos que favorables hacia Li.
El jefe del gobierno hongkonés, John Lee, evitó criticar directamente el acuerdo o a Trump, pero dijo a los periodistas el martes que su gobierno se opone a las tácticas de intimidación en las relaciones económicas y comerciales internacionales, reiterando la postura de Beijing.
Los puertos tienen valor geopolítico
Algunos reportes no confirmados han sugerido que los líderes chinos estaban enojados por no haber sido consultados de antemano sobre el acuerdo.
George Chen, director gerente para Hong Kong en The Asia Group, una firma de consultoría empresarial y política con sede en Washington, dijo que Beijing podría haber estado decepcionada porque casi no tuvo tiempo para idear una respuesta de antemano.
Los puertos son activos estratégicos valiosos y las transacciones que los involucran siempre son sensibles, dijo Wilson Chan, cofundador del Instituto Pagoda, un grupo de expertos que se centra en la política pública y la economía política global.
No está claro si la presión de Beijing afectará el acuerdo, que debe ser aprobado por el gobierno de Panamá. El Ministerio chino de Exteriores desvió una pregunta sobre si las autoridades están investigando el acuerdo, y dijo que los periodistas deberían preguntar a otras autoridades.
CK Hutchison no ha comentado sobre la controversia. Estaba previsto que presenatara sus resultados financieros de 2024 el jueves, pero dijo que no planeaba una conferencia de prensa.
Cancelar el acuerdo sería arriesgado, dijo Chan.
“Estrictamente hablando, simplemente dejas que Trump se lleve el crédito por ello, luego dices más tarde ‘Lo siento, cancelo el acuerdo’. Puedes imaginar cuál sería la reacción de Trump”, dijo, agregando que eso también afectaría a la imagen exterior de las empresas de Hong Kong.
Implicaciones a largo plazo
El primer gobierno de Trump sancionó a funcionarios chinos y de Hong Kong por socavar la autonomía del territorio prometida cuando Reino Unido entregó su colonia a Beijing en 1997 bajo un concepto denominado “un país, dos sistemas”. China prometió que la ciudad podría mantener sus libertades civiles al estilo occidental y su autonomía económica durante al menos 50 años, pero tras las protestas de 2019, Beijing ha redoblado su control político sobre la ciudad.
Li podría intentar apaciguar a los críticos que lo consideran insuficientemente patriótico, dijo Chan, utilizando los ingresos de la venta de los activos portuarios para inversiones alineadas con las políticas de Beijing, particularmente en el desarrollo de negocios portuarios en Hong Kong y China continental.
Pero las relaciones entre las empresas privadas y Beijing siguen siendo inciertas, dijo Chen, de The Asia Group. Aunque el presidente chino, Xi Jinping, se reunió recientemente con líderes del sector privado en una muestra de apoyo, algunos pueden preguntarse si deben seguir la línea del partido incluso si eso puede entrar en conflicto con sus intereses comerciales, dijo.
Si Beijing aumenta la presión sobre Li para que cancele el acuerdo, el gobierno de Trump podría responder con más sanciones y restricciones sobre las empresas de Hong Kong y chinas y algunos individuos, dijo.
La situación muestra que las preocupaciones de Washington sobre la autonomía empresarial de Hong Kong son válidas, dijo Chen.
“Esto es malo cuando se trata de la defensa de ‘un país, dos sistemas’”, dijo Chen.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa. Con AP fotos.