Associated Press
QUITO (AP) — La fiscal general ecuatoriana Diana Salazar, que investigó y procesó los mayores casos de corrupción del país y logró la sentencia del expresidente Rafael Correa, ministros de Estado y otros altos funcionarios, presentó el martes la renuncia a su cargo tras cumplir el período para el cual fue escogida.
“Aferrarse a los cargos no le hace bien al país en un Estado que clama por institucionalidad, como el nuestro”, dijo en un vídeo publicado en la cuenta de X, antes Twitter, de la Fiscalía.
Señaló que “mi equipo y yo hemos realizado esta labor por el compromiso y trabajo incansable contra la impunidad” y destacó que “nunca nos sentimos solos, nunca dudamos, la evaluación final la hará la ciudadanía”.
Salazar ingresó a la Fiscalía hace 24 años en calidad de asistente de fiscal y progresivamente fue escalando posiciones hasta que el año 2019, tras ganar un concurso público, fue posesionada como fiscal general. Será reemplazada por el fiscal subrogante Wilson Toainga.
Su renuncia será conocida y tramitada por la Asamblea, de acuerdo con la ley.
Entre los principales actores políticos que estuvieron bajo investigación durante su gestión, están el expresidente Correa (2007-2017), prófugo y sentenciado en varios casos de corrupción y los exmandatarios Lenín Moreno (2017-2021) por cohecho y Guillermo Lasso (2021-2023), sobreseído de las acusaciones de peculado por falta de pruebas.
También el exvicepresidente Jorge Glas, en prisión por corrupción, al igual que varios ministros del gobierno de Correa y altos funcionarios del sector energético, del Poder Judicial y de la policía, entre otros.
Entre los casos que conmocionaron al país están también el denominado Metástasis, en el cual se demostró la influencia y estrecha relación del narcotráfico con el sector judicial, político, mandos de la policía y de los militares.
De esta investigación se derivaron otros dos procesos que evidenciaron las relaciones entre políticos y grupos criminales.
Uno de los últimos casos en que Salazar desempeñó su función fue el denominado Reconstrucción, en el que está presuntamente involucrado Glas.
Salazar sorteó los intentos de grupos políticos críticos de su gestión como la Revolución Ciudadana liderada por Correa que buscaron su destitución a través de acciones que no prosperaron en el Legislativo.
A finales del año pasado Salazar fue considerada por la revista Time entre las 100 mujeres más influyentes del mundo.