Por DAVID BRANDT
PHOENIX (AP) — El currículum de Brian Gregory en el basquetbol tiene mucho peso gracias a casi dos décadas como entrenador de la División I de la NCAA en Dayton, Georgia Tech y South Florida.
Ésa no es la razón por la que se le nombró nuevo gerente general de los Suns de Phoenix.
En cambio, es la relación de 25 años de Gregory con el propietario de los Suns, Mat Ishbia, el motivo principal por el que está haciendo la rara transición desde los banquilos universitarios hasta una gerencia de la NBA. Algunos pueden ver eso como un aspecto negativo, pero Gregory cree que su cercanía con Ishbia será un activo mientras los Suns se embarcan en una difícil reconstrucción tras una de las temporadas más decepcionantes en la historia de la franquicia.
“Nunca voy a rehuir el hecho de que una de las razones por las que estoy aquí es por mi relación con Mat Ishbia”, dijo Gregory el martes. “Pero esa relación se basa en nuestras coincidencias. Valores compartidos. Ética de trabajo compartida. Hemos pasado por mucho juntos.
“Él confía en mí y yo confío en él”.
Gregory, de 58 años, fue ascendido al puesto de gerente general de los Suns la semana pasada. El exgerente James Jones pasó en tanto al puesto de asesor senior. Oronde Taliaferro fue ascendido a subgerente general y Paul Rivers añadirá responsabilidades de operaciones deportivas a su rol como director de innovación.
Gregory fue entrenador asistente en Michigan State de 1999 a 2003, la misma época en que Ishbia era un base de práctica para los Spartans.
Michigan State disfrutó de mucho éxito durante esos años, incluyendo un campeonato nacional en 2000. Ahora, la dupla Ishbia-Gregory intentará recrear esa magia para una franquicia que nunca ha ganado un título en sus 57 años de historia, a pesar de haber llegado a las Finales en 1976, 1993 y 2021.
Los Suns terminaron la última temporada con un decepcionante récord de 36-46 a pesar de tener la plantilla más cara de la liga, que incluía al trío estelar de Kevin Durant, Devin Booker y Bradley Beal. Booker, cuatro veces elegido al Juego de Estrellas e ícono de la franquicia que ha pasado sus diez temporadas en el desierto, es el único jugador cuyo regreso parece asegurado.
La primera tarea de Gregory antes de la próxima campaña será contratar a un nuevo entrenador para reemplazar a Mike Budenholzer, despedido después de apenas una temporada. Será el cuarto entrenador de los Suns en cuatro años.
Después de eso, será el momento de centrarse en una plantilla cara pero defectuosa. Ishbia dijo el mes pasado que quiere que los futuros equipos de los Suns tengan “algo de garra, algo de determinación, algo de ética de trabajo, algo de esfuerzo, algo de alegría. Simplemente no hemos tenido eso”.
La pieza de cambio más valiosa de Gregory este verano parece Durant, quien aún era uno de los anotadores élite de la NBA durante la última campaña a los 36 años. El jugador 15 veces elegido al Juego de Estrellas promedió 26,6 puntos con un 53% de acierto en tiros, muestra pocos signos de desaceleración y ciertamente tendrá múltiples pretendientes durante el receso.
Beal, tres veces seleccionado al Juego de Estrellas, podría ser mucho más difícil de traspasar. El base, a menudo lesionado, tiene un salario de más de 50 millones de dólares la próxima temporada, pero su producción no ha estado cerca de igualar el precio.
Gregory dijo que le gustan ambos jugadores, pero no estaba en condiciones de comentar sobre su futuro en el desierto.
“Tengo una muy buena relación con ambos”, dijo Gregory. “Kevin me dio un buen abrazo en el gimnasio la otra noche cuando la noticia apareció en Twitter. Tuve una gran cena con Brad Beal el jueves pasado y hablamos un poco sobre los planes de verano y cosas diferentes como ésas.
“Mi objetivo principal, para ser honesto contigo, es encontrar al entrenador adecuado para esos muchachos”.