Por TARA COPP y DAVID RISING
SINGAPUR (AP) — El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, aseguró el sábado a los aliados en el Indo-Pacífico que no se les dejará solos para enfrentar la creciente presión militar y económica de China, mientras insistió en que deben contribuir más a su propia defensa.
Washington reforzará sus defensas en el extranjero para contrarrestar lo que el Pentágono considera amenazas en rápido desarrollo por parte de Beijing, especialmente en su postura agresiva hacia Taiwán, dijo. China ha realizado numerosos ejercicios para probar cómo sería un bloqueo de la isla autónoma, que reclama como propia y que Estados Unidos se ha comprometido a defender.
El ejército de China “está ensayando para la batalla real”, dijo Hegseth en su discurso en una conferencia de seguridad en Singapur. “No vamos a endulzarlo: la amenaza que representa China es real. Y podría ser inminente”.
Hegseth dice que China entrena para invadir Taiwán
China ha declarado que su objetivo es que su ejército tenga la capacidad de tomar Taiwán por la fuerza si fuese necesario para 2027, un plazo que los expertos ven más como una meta aspiracional que como un plazo de guerra firme.
Pero Beijing ha construido también sofisticadas islas artificiales en el mar de China Meridional para apoyar nuevos destacamentos militares y ha desarrollado capacidades hipersónicas y espaciales altamente avanzadas, lo que está impulsando a Estados Unidos a crear su propio sistema de defensa antimisiles espacial, la “Cúpula Dorada”.
En su intevención en el Diálogo de Shangri-La, una conferencia global de seguridad organizada por el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, Hegseth afirmó que China ya no solo está reforzando sus fuerzas militares para tomar Taiwán, sino que está “entrenando activamente para ello, todos los días”.
Hegseth criticó además a Beijing por sus ambiciones en América Latina, particularmente sus esfuerzos por aumentar su influencia sobre el Canal de Panamá.
Instó a los países de la región a aumentar el gasto en defensa hasta niveles similares al 5% de su producto interno bruto que la Casa Blanca exige ahora a las naciones europeas.
“Todos debemos poner de nuestra parte”, declaró Hegseth.
Después del discurso, la responsable de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas, rechazó un comentario de Hegseth en el que afirmó que los países europeos deberían centrar sus esfuerzos de defensa en su propia región y dejar el Indo-Pacífico a Estados Unidos. Kallas apuntó que con las tropas norcoreanas luchando del lado de Rusia y con China apoyando a Moscú, la seguridad europea y asiática estaban “muy interrelacionadas.”
Dudas sobre el compromiso de EEUU con el Indo-Pacífico
Hegseth reiteró la promesa realizada por anteriores gobiernos estadounidenses de reforzar las capacidades militares de Washington en la región para proporcionar una disuasión más firme. Aunque las administraciones de Obama y Biden se comprometieron también a dar un giro hacia el Pacífico y firmaron nuevos acuerdos militares en toda la región, el cambio completo nunca se ha producido.
En su lugar, los recursos militares de Estados Unidos en la región se han desviado sistemáticamente para respaldar necesidades militares en Oriente Medio y Europa, especialmente desde el inicio de la guerra en Ucrania y Gaza. La situación se ha repetido en los primeros meses del segundo mandato de Donald Trump.
En los últimos meses, el ejecutivo de Trump ha retirado un batallón de misiles Patriot del Indo-Pacífico para enviarlo a Oriente Medio —una operación logística masiva que requirió 73 vuelos de carga militares— y envió barcos de la Guardia Costera de regreso al país para colaborar en la defensa de la frontera entre Estados Unidos y México.
Preguntado por qué Washington retiró esos recursos si el Indo-Pacífico es un escenario prioritario, Hegseth no respondió directamente pero dijo que el cambio era necesario para defenderse de los ataques con misiles de los hutíes desde Yemen y para reforzar las protecciones contra la inmigración ilegal hacia Estados Unidos.
Al mismo tiempo, enfatizó la necesidad de que los aliados y socios estadounidenses aumenten su propio gasto y preparación en defensa, agregando que Washington no estaba interesado en actuar en solitario.
“En última instancia, una red de aliados y socios fuerte, decidida y capaz es nuestra ventaja estratégica clave”, manifestó. “China envidia lo que tenemos juntos, y ve lo que podemos aportar colectivamente en defensa, pero depende de todos nosotros asegurarnos de que cumplamos con ese potencial a través de la inversión”.
Las naciones del Indo-Pacífico atrapadas en medio han tratado de equilibrar su relación con Washington y Beijing a lo largo de los años. China es el principal socio comercial de muchos, pero también es temido, en parte debido a sus reclamos cada vez más agresivos sobre recursos naturales como las pesquerías críticas.
Hegseth advirtió que jugar a dos bandas, buscando apoyo militar de Estados Unidos y respaldo económico de China, conlleva riesgos.
“La dependencia económica de China solo profundiza su influencia maligna y complica nuestro espacio de decisión en defensa en tiempos de tensiones”, dijo.
Cuando se le preguntó cómo encaja esa declaración con la amenaza de Trump de imponer altos aranceles a la mayoría de la región, Hegseth respondió que está “en el negocio de los tanques, no del comercio”.
Pero la senadora demócrata de Illinois Tammy Duckworth, que forma parte de la delegación del Congreso que asiste al foro de Shangri-La, se mostró en contra de presionar a los aliados regionales.
“Estados Unidos no está pidiendo a la gente que elija entre nosotros y la RPC”, señaló Duckworth refiriéndose a la República Popular China.
China envía una delegación de perfil bajo
China suele enviar a su ministro de Defensa al foro, pero Dong Jun no asistió este año en señal de rechazo a Estados Unidos por la errática guerra arancelaria que Trump ha iniciado con Beijing. Su ausencia fue algo que la delegación estadounidense dijo que tenía la intención de capitalizar.
“Nosotros estamos aquí esta mañana. Y alguien más no”, aseveró Hegseth.
Hegseth fue preguntado por un miembro de la delegación china —compuesta por funcionarios de menor rango de la Universidad de Defensa Nacional— cómo de comprometido estaría con las alianzas regionales. En algunas, China tiene una influencia más dominante.
El secretario de Defensa apuntó que Estados Unidos estaría abierto a colaborar con cualquier nación dispuesta a trabajar con él.
“No vamos a mirar solo dentro de los confines de cómo las administraciones anteriores veían a esta región”, dijo. “Estamos abriendo los brazos a países de todo el espectro: aliados tradicionales y aliados no tradicionales”.
Hegseth dijo que el compromiso de apoyo de la Casa Blanca a los países de la región no exigiría que esos se alineen con Occidente en cuestiones culturales o climáticas.
No está claro si Estados Unidos puede o quiere suplantar a China como el principal motor económico de la región. Pero la iniciativa de Hegseth siguió a la visita de Trump a Oriente Medio, que resultó en miles de millones de dólares en nuevos acuerdos de defensa.
___
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.