Israel podría permitir que grupos de ayuda en Gaza gestionen la ayuda no alimentaria

Por SAM MEDNICK

TEL AVIV, Israel (AP) — A medida que aumenta la presión para llevar más ayuda a Gaza, Israel parece estar cambiando de táctica y podría permitir que los grupos de ayuda que operan en el devastado enclave se encarguen de la asistencia no alimentaria, mientras que la distribución de alimentos quedaría a cargo de un grupo recién establecido con respaldo de Estados Unidos, según una carta obtenida por The Associated Press.

El hecho indica que Israel podría estar retrocediendo en sus planes de controlar estrictamente toda la ayuda entrante a Gaza y evitar que las agencias de asistencia, establecidas desde hace tiempo en el territorio, la entreguen como lo han hecho en el pasado.

Israel acusa a Hamás de desviar la ayuda, pero Naciones Unidas y los grupos de asistencia niegan que haya una desviación significativa. La ONU ha rechazado el plan de Israel, diciendo que permite que ese país utilice los alimentos como arma, viola los principios humanitarios y no será efectivo.

Israel bloqueó la entrada de alimentos, combustible, medicinas y todos los demás suministros a Gaza durante casi tres meses, empeorando una crisis humanitaria para los 2,3 millones de palestinos que habitan el enclave. Los expertos advierten sobre un alto riesgo de hambruna y la crítica y el descontento internacional por la ofensiva de Israel han escalado.

Incluso Estados Unidos, un aliado incondicional, ha expresado preocupaciones sobre la crisis de hambre.

La carta, fechada el 22 de mayo, es de Jake Wood, el jefe de la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, por sus siglas en inglés), aprobada por Israel, y está dirigida a la COGAT, la agencia militar israelí encargada de transferir ayuda al territorio.

En la misiva se indica que Israel y la GHF acordaron permitir que la ayuda humanitaria no alimentaria —desde suministros médicos hasta artículos de higiene y materiales de refugio— sea manejada y distribuida bajo un sistema existente, liderado por Naciones Unidas. Hasta ahora, las agencias de la ONU han proporcionado la mayor parte de la ayuda para Gaza.

La fundación mantendría el control sobre la distribución de alimentos, pero habría un período de superposición con los grupos de ayuda, según la carta.

“La GHF reconoce que no poseemos la capacidad técnica ni la infraestructura de campo para gestionar tales distribuciones de manera independiente, y apoyamos plenamente el liderazgo de estos actores establecidos en este ámbito”, decía.

La fundación confirmó la autenticidad de la carta. Un portavoz de la GHF dijo que el acuerdo con Israel se logró tras una argumentación persistente. Aunque reconoció que muchos grupos de ayuda siguen oponiéndose al plan, dijo que la fundación continuará abogando por la expansión de la ayuda en Gaza y permitirá que el trabajo de los grupos de ayuda en el enclave continúe.

La COGAT declinó comentar sobre la carta y remitió a la AP a la oficina del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que no respondió a una solicitud de comentarios.

Los funcionarios de la ONU tampoco respondieron a las solicitudes de comentarios.

No está claro quién financia a la GHF

La GHF, que aún no es operativa en Gaza, está dirigida por contratistas de seguridad, exoficiales militares y funcionarios de ayuda humanitaria, y cuenta con el respaldo de Israel.

El grupo afirma que planea manejar la ayuda alimentaria, inicialmente desde unos cuantos centros ubicados en el sur y el centro de Gaza, con contratistas privados armados que protegerían la distribución. Se abrirán más sitios dentro de un mes, incluso en el norte de Gaza.

En la carta se indica que las agencias de ayuda continuarán proporcionando asistencia alimentaria en paralelo a la GHF hasta que haya al menos ocho sitios operativos.

Los grupos de ayuda se han opuesto a los planes de la GHF e Israel de hacerse cargo del manejo de la ayuda alimentaria, diciendo que podría desplazar forzosamente a un gran número de palestinos al empujarlos hacia los centros de distribución y que la fundación no tiene la capacidad para satisfacer las necesidades de los habitantes de Gaza.

Tampoco está claro quién financia a la GHF, que afirma que un donante gubernamental extranjero, al que no ha identificado, se ha comprometido a aportar más de 100 millones de dólares.

“Ayuda funcional”

En la carta se menciona que Wood, de la GHF, sostuvo una llamada con los directores ejecutivos de seis grupos de ayuda, entre ellos, Save the Children, International Medical Corps, Catholic Relief Services, Mercy Corps, Care y Project HOPE, para analizar los nuevos planes.

Rabih Torbay, jefe de Project HOPE, confirmó la llamada y dijo que su organización se sintió alentada al escuchar que la entrega de medicinas y otros artículos no alimentarios continuaría bajo el sistema actual.

Aun así, hizo un llamado para que se permita la entrada de ayuda alimentaria a Gaza sin “obstrucción o politización”.

Mairav Zonszein, analista de alto nivel sobre Israel para el International Crisis Group, dice que la carta es una clara señal de que Israel y la GHF reconocen la catástrofe humanitaria que enfrenta la gente en Gaza y la necesidad de ayuda inmediata.

“La GHF e Israel claramente tratan de conseguir algo que funcione, o al menos la apariencia de una ayuda funcional, y que este mecanismo no está listo, equipado o es adecuado para las necesidades de la población en Gaza”, dijo Zonszein.

Ahmed Bayram, portavoz para Oriente Medio del Consejo Noruego para Refugiados, dijo que Israel es parte del conflicto y no debería tener el control de la distribución de la ayuda.

“La interferencia de Israel en partes o en la totalidad de ese proceso sería perjudicial para la independencia y neutralidad de la ayuda humanitaria”, dijo.

Principios humanitarios

La GHF estuvo bajo un mayor escrutinio esta semana, y TRIAL International —un grupo de defensa con sede en Ginebra enfocado en la justicia internacional— dijo el viernes que emprendería acciones legales para instar a las autoridades suizas a monitorear al grupo, que está registrado en Suiza.

El portavoz de la fundación ha insistido en que ésta se adhiere a los principios humanitarios y opera libre del control israelí. El portavoz, que habló de forma anónima según la política de la fundación, dijo a la AP a principios de esta semana que no es una operación militar y que sus guardias de seguridad armados son necesarios para trabajar en Gaza.

La guerra en Gaza comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando militantes liderados por Hamás atacaron el sur de Israel, matando a 1.200 personas y secuestrando a 251 más. La ofensiva de represalia de Israel ha matado a más de 53.000 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no diferencia entre civiles y combatientes en su conteo.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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