El presidente electo Donald Trump fue sentenciado formalmente el viernes en Nueva York en el caso de pagos a una actriz porno para mantener su silencio, pero el juez se negó a imponer una pena. El resultado consolida la condena de Trump y al mismo tiempo lo libera para regresar a la Casa Blanca sin la amenaza de una sentencia de prisión o una sanción económica.
La sentencia a Trump de libertad incondicional marca un final tranquilo de un caso extraordinario que por primera vez llevó a un expresidente y un importante candidato presidencial ante una corte en calidad de acusado. El caso fue el único de cuatro acusaciones penales que llegó a juicio y posiblemente el único que lo hará.
El juez de Manhattan Juan M. Merchán podría haber condenado al republicano de 78 años a hasta cuatro años de prisión. En cambio, eligió una sentencia que eludió espinosas cuestiones constitucionales al poner fin efectivamente al caso, pero aseguró que Trump se convertirá en la primera persona condenada por un delito grave en asumir la presidencia.
A diferencia de su juicio del año pasado, cuando Trump llevó a sus aliados al tribunal y se dirigió a los periodistas que esperaban fuera de la corte, el expresidente no apareció en persona el viernes, sino que hizo una breve aparición virtual desde su casa en Palm Beach, Florida.
Trump, vestido con un traje oscuro y sentado junto a uno de sus abogados con una bandera estadounidense de fondo, apareció en una pantalla de video al insistir, una vez más, en que no cometió ningún delito.
“Ha sido una cacería de brujas política. Se hizo para dañar mi reputación para que perdiera las elecciones y, obviamente, eso no funcionó”, dijo Trump.
Trump calificó el caso como “una armamentización del gobierno” y “una vergüenza para Nueva York”.
El fallo corona un caso trascendental en que el ex y futuro presidente fue acusado de 34 delitos graves, juzgado durante casi dos meses y condenado por todos los cargos. Sin embargo, el desvío legal —y los detalles sórdidos ventilados en la corte sobre un complot para ocultar las acusaciones de infidelidad— no lo perjudicaron ante los votantes, quienes lo eligieron para un segundo mandato.