Por ALMA SOLÍS
CIUDAD DE PANAMÁ (AP) — La Asamblea Nacional de Panamá aprobó el viernes una nueva ley bananera que establece un régimen especial de beneficios para los trabajadores de ese sector, como parte del compromiso asumido por las autoridades para que se levantara una huelga que duró más de 40 días.
El gremio bananero protestó por semanas contra una reforma a las pensiones que el gobierno se negó a retirar o modificar y que, según los reclamos de los trabajadores, afectaba a algunas prerrogativas de las que gozan en el sector, como asistencia médica, subsidios y protecciones laborales.
La huelga, que en su momento fue declarada ilegal por los tribunales y que llevó al gobierno a pedir la mediación de autoridades religiosas, fue levantada hace dos días tras llegar a un acuerdo en el que la Asamblea se comprometía a pasar la nueva ley para el sector aprobada el viernes.
Desde que iniciaron las protestas, se han sucedido cierres de vías desde y hacia Bocas del Toro, la mayor provincia productora de la fruta en Panamá, fronteriza con Costa Rica y conocida también por sus islas turísticas en el Caribe.
Producto de la paralización, el gigante bananero estadounidense Chiquita Brands anunció la suspensión de operaciones en Bocas del Toro y el despido de varios miles de obreros de las plantaciones, argumentando pérdidas millonarias.
Por tratarse de una actividad agrícola, con más riesgos, los trabajadores pueden jubilarse antes de los 62 años previstos para los hombres en el régimen general. También se entregan subsidios a las familias de los trabajadores.
Además del sector bananero, maestros, obreros de la construcción e indígenas se movilizaron contra la aprobación de la reforma a las pensiones. Éstas no han sido levantadas por el momento.
El dirigente sindical bananero Francisco Smith, en declaraciones a medios de comunicación, se pronunció una vez aprobada la ley y sostuvo que este paso demuestra la legitimidad de la huelga. “Nosotros seguiremos luchando porque todavía falta Chiquita Panamá”, dijo, en referencia a los puestos de trabajo eliminados y el cese de actividad.
El presidente panameño, José Raúl Mulino, dijo el jueves en su conferencia de prensa semanal que no intervendría ante Chiquita en nombre de los trabajadores. “No, ése es un problema de la empresa con el sindicato”, dijo.
“No tenemos ninguna intención ni se está haciendo ninguna gestión con Chiquita para que vuelva a emplear a los trabajadores destituidos y menos pagarles las multimillonarias pérdidas que han tenido”, subrayó el mandatario.
Mulino afirmó que algunos bloqueos persisten en Bocas del Toro porque no todos los grupos que protestan son del sindicato bananero, a lo que se suma el gremio educativo.
El presidente ordenó el mismo jueves a las fuerzas de seguridad reabrir las vías, como se hizo en otras regiones del país, donde las protestas contra la ley de pensiones derivaron en fuertes enfrentamientos.