La elefanta Pupy viaja por carretera desde Argentina a su nuevo hogar en un santuario en Brasil

Por ALMUDENA CALATRAVA

BUENOS AIRES (AP) — Si en la travesía hacia Brasil no surgen contratiempos, Pupy cambiará los edificios inmersos en el ruido del tráfico que la rodeaban durante sus años de cautiverio en Buenos Aires por un paraje de más de 1.000 hectáreas cubierto de pasturas donde podrá comportarse como una verdadera elefanta.

Pupy se dirige al Santuario de Elefantes de Brasil, situado en el estado de Mato Grosso, en una enorme caja de hierro posada sobre un camión.

Después de más de 30 años de cautiverio en el Ecoparque de la capital argentina, la elefanta comenzó el lunes un trayecto por carretera de 2.700 kilómetros que durará cuatro o cinco días hasta el arribo a su nuevo hogar.

“Está está en camino la ‘gordi’; ya está en la provincia de Misiones y ahora hay que cruzar la frontera, viaja tranquila”, dijo el martes a The Associated Press María José Catanzariti, veterinaria y gerente operativa de Bienestar Animal y Conservación de la Biodiversidad en Ecoparque.

Desde 2016, el Ecoparque —un lugar de conservación de especies en el que se transformó el centenario y obsoleto zoológico porteño—ha mudado a más de 1.000 animales silvestres como leones, tigres, osos y simios a reservas de Colombia, Estados Unidos y otros países, donde gozan de mejores condiciones de vida. La orangutana Sandra vive ahora en el Centro de Grandes Simios en Wauchula, Florida, donde se adaptó y tiene amigos de su misma especie.

La derivación de la elefanta es la última que se hace de un animal de gran porte.

Cómo transcurre el viaje

El traslado de Pupy, una elefanta africana de unas tres toneladas y media, incluirá paradas programadas para asegurar su bienestar y estará sujeto a las condiciones climáticas, el tráfico y a los tiempos de aduana en Argentina y Brasil.

Catanzariti dijo que la elefanta “está realizando el viaje de manera impecable. A veces en las primeras 24 horas estos animales no quieren comer y Pupy sigue comiendo”.

El animal viaja con una dieta similar a la que tenía en su lugar de cautiverio, a base de forrajes, alimento balanceado, verduras, fruta y pasto verde. Además, recibe suplementos vitamínicos.

Pupy duerme de pie, tal como hacen los animales de su especie, que pasan 80% por ciento de su día caminando. “Para estos ejemplares de gran porte, estar decúbito (posición horizontal) prolongado puede tener consecuencias negativas por la compresión de sus órganos, por eso pueden estar varios días parados sin recostarse; están preparados anatómicamente para eso”, explicó la veterinaria.

La caja tiene las dimensiones adecuadas para que la elefanta viaje parada sin lastimarse. Cuenta con ventanas y dentro tiene instaladas cámaras para ser monitoreada.

El camión que la transporta va escoltado por camionetas que trasladan a sus cuidadores del Ecoparque, veterinarios y otros expertos del santuario brasileño.

El nuevo hogar de Pupy

En el Santuario de Elefantes de Brasil, el primer refugio para elefantes en América Latina, los paquidermos que vivieron en cautiverio recuperan comportamientos propios de su especie y socializan con otros. Está gestionado por las organizaciones Global Sanctuary for Elephants y Elephant Voices.

Actualmente alberga a cinco elefantas asiáticas: Mara, Guillermina, Rana, Maia y Bambi. Siendo africana, la elefanta proveniente de Buenos Aires no compartirá espacio con las otras debido a las diferencias existentes entre ambas especies.

En un principio, Pupy estará sola, adecuándose a su nuevo hábitat y esperando la llegada de una compañera africana de nombre Kenia que, en estos días, está siendo entrenada en un zoológico de Mendoza, en el oeste de Argentina, para su próxima mudanza a Brasil.

El proceso de adaptación de Pupy a la caja transportadora

Antes de su traslado, la elefanta pasó por un período de cuarentena y varios meses de entrenamiento en el Ecoparque para familiarizarse con la caja de transporte.

Surgieron algunas dificultades y la tarea no fue sencilla. Pupy se reveló ante sus entrenadores como una elefanta de fuerte personalidad dispuesta a marcar sus tiempos.

Por ejemplo, una vez que entraba en la caja y al percibir que sus entrenadores iban a cerrar la puerta trasera, “sentía una barrera atrás y no lo permitía estirando una de sus patas”, explicó Catanzariti.

Pero el proceso de adaptación culminó con éxito.

Asesorados por los expertos del santuario, los cuidadores lograron que la elefanta se mostrara más confiada con los movimientos que realizaban en torno a la puerta trasera de la caja.

Mara, la elefanta que antecedió a Pupy

Mara, de origen asiático y que fue compañera de cautiverio de Pupy en Buenos Aires, se encuentra desde 2020 en el santuario de elefantes donde puede caminar al menos 10 kilómetros por día. Antes de estar en el Ecoparque, había sido una atracción de circo en Uruguay y también en Argentina.

Otra elefanta de nombre Kuky, que también vivía en el Ecoparque, iba a realizar el mismo viaje al santuario, pero murió en octubre de forma sorpresiva.

Related posts