Harland & Wolff, la empresa de 163 años de antigüedad que construyó el Titanic, se ha declarado insolvente tras no conseguir financiación para seguir operando.
El constructor naval británico comunicó el lunes que probablemente iniciaría un procedimiento administrativo en los próximos días. En el Reino Unido, la administración permite a las empresas reestructurarse cuando no pueden pagar sus deudas, en lugar de ser liquidadas inmediatamente.
En un comunicado, Harland & Wolff dijo que su solicitud de una “facilidad” de 200 millones de libras (US$ 264 millones) a UK Export Finance, un departamento gubernamental, había sido rechazada, dejándola “en una difícil posición financiera”.
La empresa dijo que su personal ya había sido informado de recortes de empleo en “operaciones no esenciales”.
Las “operaciones principales” del grupo —incluido su astillero de Belfast, que construyó el Titanic y ahora ayuda a construir tres buques de guerra para el Gobierno británico— no se verán afectadas por los procedimientos administrativos y seguirán operando con normalidad, añadió.
La empresa dijo que estaba explorando la venta de estas operaciones mientras seguía buscando nueva financiación.
“El grupo se enfrenta a un momento muy difícil, debido a las pérdidas históricas y a la imposibilidad de obtener financiación a largo plazo”, declaró Russell Downs, director ejecutivo interino. “Lamentablemente, se han tenido que tomar decisiones extremadamente difíciles para preservar el futuro de nuestros cuatro astilleros”, añadió en referencia a los astilleros de la empresa.
No es la primera vez que Harland & Wolff se prepara para la quiebra. En 2019, el Gobierno británico nombró a un administrador para reestructurar la firma, pero meses después recibió un balón de oxígeno cuando la empresa energética británica InfraStrata acordó comprarla.
Una sección del astillero Harland & Wolff en Belfast, Irlanda del Norte, en febrero de 2023. Paulo Nunes dos Santos/Bloomberg/Getty Images
El año pasado, Harland & Wolff, que completó el Titanic en 1912, entregó su primer buque terminado desde su histórico sitio de Belfast en dos décadas.
La empresa se ha centrado sobre todo en la reparación de buques y en trabajos relacionados con energías más ecológicas, entre los que se incluye, tras su venta a InfraStrata, el proyecto de almacenamiento de gas de Islandmagee, en Irlanda del Norte.
“Dejar estos astilleros vitales —y el crucial contrato (de buques de guerra) con todas sus promesas para la construcción naval del Reino Unido— a merced del mercado no es suficiente”, añadió.
“Tenemos claro que, tras una revisión exhaustiva de la situación financiera de la empresa, en estos momentos el mercado es el mejor situado para hacer frente a estos retos, y proporcionar financiación gubernamental habría supuesto un riesgo significativo de perder dinero de los contribuyentes”, añadió el portavoz en un comunicado.
“Seguimos trabajando intensamente con todas las partes para encontrar un resultado para Harland & Wolff que garantice la construcción naval y la fabricación en Belfast, Escocia y en el resto del Reino Unido y proteja los puestos de trabajo”.
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