La tormenta tropical John anegó severamente el puerto de Acapulco, donde las lluvias torrenciales han provocado graves inundaciones, corrimientos de tierra y el llamamiento urgente de las autoridades para que los vecinos con lanchas o motos acuáticas ayuden al rescate de habitantes en las zonas más afectadas. Hay ocho muertos en dos estados.
John, un ciclón que ha sido muy errático, permanecía el viernes frente a la costa del Pacífico a punto de tocar tierra por segunda vez. El lunes lo hizo como huracán de categoría 3 más al este en esa misma costa.
El ayuntamiento de Acapulco —una ciudad del estado de Guerrero que aún no estaba del todo recuperada del impacto del huracán Otis hace casi un año—- ha lanzado insistentes llamamientos “a todo aquel ciudadano que sea propietario de una lancha o moto acuática a colaborar en operaciones de rescate” de personas que se habían quedado atrapadas en sus propias viviendas.
Según la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, prestadoras de servicios turísticos del puerto ya comenzaron a evacuar personas en todo tipo de pequeñas embarcaciones o en las motos acuáticas.
Las autoridades confirmaron que un menor fue arrastrado por las aguas en Acapulco y que otras cuatro personas murieron en otras partes del estado costero de Guerrero.
El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, habló de tres fallecidos en este estado vecino de Guerrero, aunque el departamento de Protección Civil de su estado solo atribuyó dos de las muertes a los efectos del paso de tormenta.
Los rescates comenzaron desde la madrugada del viernes liderados por elementos del ejército y la marina, junto con los voluntarios, pero las autoridades no han informado hasta el momento del número de personas rescatadas o aisladas.
Protección Civil, que está transmitiendo información periódica a través de su cuenta oficial de Facebook, indicó que las comunicaciones con la zona poniente del municipio seguían cortadas porque no había electricidad.
Este departamento pidió a la gente que no se confíe porque en los últimos cuatro días había caído en la zona la lluvia que normalmente hay en todo un año y seguía lloviendo. Además se multiplicaron los deslaves y el derrumbe de muros de contención en viviendas por lo que las autoridades pidieron a los afectados acudir a alguno de los 35 albergues habilitados.
Videos publicados en redes sociales mostraban coches flotando en el agua, partes de viviendas que se derrumbaban al desgajarse terrenos y personas rescatadas de las aguas embravecidas utilizando cuerdas salvavidas.
“No salgan de sus casas todavía, tendremos mucha lluvia en las próximas horas”, advirtió Amín Vázquez, vocero del ayuntamiento de Acapulco.
El aeropuerto internacional de este turístico destino se mantenía cerrado el viernes y la principal autopista que conecta con Ciudad de México tenía cortes intermitentes por deslaves.
John se encontraba frente al estado de Michoacán a primera hora del viernes a unos 85 kilómetros (55 millas) al oeste del puerto Lázaro Cárdenas, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. Se movía hacia el norte-noroeste a 6 kilómetros por hora (3 mph). La tormenta tenía vientos máximos sostenidos de 85 km/h (60 mph).