Para los cristianos iraquíes, la visita del papa Francisco fue un raro momento de esperanza

Por QASSIM ABDUL-ZAHRA y STELLA MARTANY

BAGDAD (AP) — La muerte del papa Francisco ha conmocionado a la comunidad cristiana de Irak, donde su presencia llevó esperanza en su día después de uno de los capítulos más oscuros en la historia reciente del país.

Su visita en 2021, la primera de un papa, se produjo después de años de conflicto y desplazamiento. Solo unos años antes, muchos cristianos iraquíes habían huido de sus hogares mientras los insurgentes del grupo extremista Estado Islámico asolaban el país.

Las comunidades cristianas en Irak, que en algún momento llegaron a contar con más de un millón de miembros, ya se habían reducido notablemente debido a décadas de conflicto y emigración masiva.

En Mosul, el sitio de algunas de las batallas más feroces entre las fuerzas de seguridad iraquíes y el Estado Islámico, el arzobispo caldeo Najeeb Moussa Michaeel recordó la visita del pontífice argentino a la ciudad marcada por la batalla en un momento en que muchos visitantes aún tenían miedo de acudir como un momento de alegría, “como una boda para el pueblo de Mosul.”

“Rompió esta barrera y se mantuvo firme en la devastada ciudad de Mosul, proclamando un mensaje de amor, hermandad y coexistencia pacífica”, manifestó Michaeel.

Mientras Francisco pronunciaba un discurso en la zona de al-Midan, que había quedado casi reducida a escombros, el arzobispo dijo que vio cómo al papa se le caían las lágrimas.

Sa’dullah Rassam, quien estaba entre los cristianos que huyeron de Mosul en 2014 ante la ofensiva del EI, también lloraba mientras veía al papa salir de la iglesia en Midan ese día.

Rassam había pasado años desplazado en Irbil, la capital de la región kurda semiautónoma del norte de Irak, pero fue uno de los primeros cristianos en regresar a Mosul, donde vive en una pequeña casa junto a la iglesia que Francisco había visitado.

Mientras el convoy del papa salía del templo, Rassam se paró afuera mirando, con las lágrimas corriéndole por el rostro. De repente, el auto se detuvo y Francisco salió para saludarlo.

“Fue el mejor día de mi vida”, dijo Rassam. La visita del papa “nos hizo sentir amados y escuchados, y ayudó a sanar nuestras heridas después de todo lo que sucedió aquí”.

La visita también ayudó a impulsar un esfuerzo para reconstruir sitios destruidos en la ciudad, incluyendo lugares de culto musulmanes y cristianos.

“Después de la amplia cobertura mediática internacional de su visita, muchos comenzaron a invertir de nuevo en la ciudad. Hoy, Mosul está comenzando a resurgir”, añadió Michaeel. “Puedes ver nuestro patrimonio reaparecer en las esculturas, las iglesias y las calles”.

Construyendo lazos entre comunidades

El patriarca caldeo, el cardenal Louis Raphael Sako, dijo a The Associated Press que Francisco había construido fuertes relaciones con las iglesias de rito oriental, que a menudo son olvidadas por sus homólogos de rito latino, y con las comunidades musulmanas.

El patriarca recordó que, al principio de su papado, instó a Francisco a resaltar la importancia de la coexistencia entre musulmanes y cristianos.

Después del primer discurso del papa, en el que dio las gracias a los representantes de la comunidad judía por su presencia, Sako dijo: “Le pregunté, ‘¿por qué no mencionó a los musulmanes?’ (…) Él dijo, ‘Mañana hablaré sobre los musulmanes’, y de hecho emitió una declaración al día siguiente”.

Francisco continuó dando “pasos concretos para fortalecer las relaciones” entre cristianos y musulmanes a través de visitas a países de mayoría musulmana, incluyendo Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Jordania, así como Irak, apuntó Sako. “Reunió a musulmanes y cristianos en torno a valores compartidos”, afirmó

Su visita de tres días a Irak “cambió el rostro de Irak: abrió Irak al mundo exterior”, agregó Sako. “La gente lo amaba por su simplicidad y sinceridad”.

El patriarca contó que, tres meses antes de la muerte del papa, le había regalado dátiles de Irak, a lo que el religioso argentino respondió diciendo que “nunca olvidaría Irak y que estaba en su corazón y en sus oraciones”.

Durante su visita al país, Francisco mantuvo una reunión histórica con el principal clérigo chií de Irak, el gran ayatolá Ali al-Sistani, en su residencia en Najaf.

La oficina de Sistani expresó en un comunicado el lunes “profunda tristeza” por la muerte del papa, diciendo que era “muy respetado por todos por su papel distinguido en servir a las causas de la paz y la tolerancia, y por expresar solidaridad con los oprimidos y perseguidos en todo el mundo”.

El encuentro entre los dos líderes religiosos había ayudado a “promover una cultura de coexistencia pacífica, rechazar la violencia y el odio, y defender valores de armonía basados en la salvaguarda de derechos y el respeto mutuo entre seguidores de diferentes religiones y tradiciones intelectuales”, afirmó la nota.

“Nuestro papa favorito”

En Irbil, Marvel Rassam recordó que formó parte de las multitudes que se agolparon en un estadio para ver al papa.

La visita ofreció una sensación de unidad, indicó Rassam, “ya que todos asistieron para verlo, y no solo los católicos”.

“Era nuestro papa favorito, no solo porque fue el primero en visitar Irak, sino también porque era muy especial y único por su humildad e inclusividad”, manifestó.

En la catedral caldea de San José en Bagdad, donde Francisco ofició una misa en 2021, el sacerdote Nadhir Dako dijo que esa visita tuvo un peso especial porque llegó en un momento en que los cristianos en Irak aún estaban procesando el trauma de los ataques del EI.

“Nosotros, los cristianos, estábamos en una situación muy difícil. Había frustración debido a la migración forzada y los asesinatos que ocurrieron”, dijo Dako. “La visita del papa creó una especie de determinación para que todos los iraquíes apoyaran a sus hermanos cristianos”.

——-

Martany informó desde Irbil, Irak.

___

Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

Related posts