Por GABRIELA AOUN ANGUEIRA
SAN DIEGO (AP) — El plan del presidente estadounidense Donald Trump para comenzar a “eliminar gradualmente” a la agencia federal encargada de responder a desastres después de la temporada de huracanes de 2025 probablemente pondrá más responsabilidades sobre los estados para que proporcionen servicios tras desastres climáticos cada vez más frecuentes y costosos, de acuerdo con los expertos.
“Queremos independizarnos de la FEMA y queremos llevarlo al nivel estatal”, dijo Trump el martes, utilizando las siglas en inglés de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, durante una reunión en el Despacho Oval con funcionarios del gobierno sobre los preparativos para los incendios forestales de verano.
Trump y la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, han manifestado en varias ocasiones su deseo de reformar, si no es que eliminar por completo, a la FEMA de 46 años de antigüedad. Aunque ha habido apoyo bipartidista para reformar la agencia, los expertos dicen que desmantelarla por completo dejaría vacíos en servicios y financiamiento cruciales.
“Simplemente genera más preocupación sobre cómo los estados deberían planificar para el futuro si el gobierno federal no va a estar allí para ellos”, señaló Michael Coen, jefe de personal de la FEMA durante los gobiernos de los expresidentes Barack Obama y Joe Biden.
La respuesta a los desastres ya es liderada a nivel local y gestionada por los estados, pero la FEMA apoya coordinando recursos de agencias federales, proporcionando programas de asistencia directa para hogares y moviendo dinero a los estados para reparar infraestructura pública.
Trump dijo el martes que quiere “dar menos dinero” y “darlo directamente”, eludiendo los programas de la FEMA. Señaló que no sabía quién distribuiría los fondos y añadió que podrían provenir “de la oficina del presidente” o del Departamento de Seguridad Nacional.
“Me quedé con la impresión de que realmente no entiende la magnitud de lo que la FEMA maneja anualmente con un presupuesto de más de 30.000 millones de dólares”, dijo Coen.
Desmantelar la FEMA, o incluso cambiar cuánto de los costos comparte con los estados en caso de una declaración de desastre mayor, requeriría acción del Congreso, incluyendo enmendar la Ley Stafford de 1988, que estipula los roles y responsabilidades de FEMA y el reparto de costos entre el gobierno federal y los estados.
Declarar menos desastres mayores o dar menos apoyo federal podría poner una carga financiera insostenible en los estados, dijo Sara McTarnaghan, investigadora principal en el Urban Institute.
“Muy pocos de ellos habrían tenido suficientes fondos reservados para anticipar que el gobierno federal se retiraría de su papel histórico en la recuperación de desastres para eventos mayores”, explicó McTarnaghan.
Un análisis reciente del Urban Institute encontró que entre 2008 y 2024, cuadruplicar el umbral económico de cuando se declaran desastres mayores habría trasladado 41.000 millones de dólares en costos de asistencia pública sólo a los gobiernos estatales y locales.
“Creo que la compensación para los estados y comunidades va a ser, ¿aceptamos una recuperación menos completa o los estados recurren a otros recursos para cumplir con estos objetivos y necesidades, quizás a costa de inversiones en otros tipos de programas sociales o funciones del estado?”, dijo McTarnaghan.
No todos los estados podrán generar mucho más ingresos, agregó.
“La confluencia de estados que tienen una exposición realmente alta a desastres y estados que tienen una capacidad fiscal relativamente limitada se superponen de muchas maneras”, señaló. “Ese es el caso de muchos estados a lo largo de la costa del Golfo (de México) que nos preocupan al entrar en la temporada de huracanes, pero también es el caso de algunos estados de la región centro-norte que enfrentan problemas con tormentas convectivas severas”.
Trump desestimó la idea de que los estados no pueden manejar la mayoría de los desastres por sí mismos.
“Los gobernadores deberían poder manejarlo y, francamente, si no pueden manejar las secuelas, entonces tal vez no deberían ser gobernadores”, afirmó.
Sugirió que algunas de las brechas podrían llenarse con más colaboración entre los estados. Noem dijo que la FEMA está construyendo acuerdos de comunicación y ayuda mutua entre los estados “para responderse entre sí para que puedan mantenerse por sí mismos”.
Ya existe una estructura a nivel nacional de ayuda mutua llamada el Pacto de Asistencia para el Manejo de Emergencias, pero sus operaciones suelen ser reembolsadas por el gobierno federal, señaló Coen. “Ya hay una comunicación robusta entre los estados. La confusión es lo que pueden esperar del gobierno federal”.
Con respecto a la actual temporada de huracanes, que comenzó el 1 de junio, Noem dijo que la FEMA “está preparada”. Pero ya ha habido cambios en cómo opera la agencia. Suspendió su programa de visitas puerta a puerta que ayudaba a inscribir a los sobrevivientes para que recibieran ayuda. Más de 2.000 empleados de la FEMA, alrededor de un tercio de la fuerza laboral a tiempo completo, han dejado sus puestos o han sido despedidos desde enero.
Después de las severas condiciones meteorológicas de esta primavera, algunos estados esperaron hasta ocho semanas para la aprobación de sus solicitudes de declaración de desastre, y varias solicitudes aún están pendientes. Trump no ha aprobado ninguna solicitud de asistencia para mitigación de riesgos desde febrero, un complemento típico a la asistencia individual y pública que ayuda a los estados a reconstruir de manera más resiliente.
Un consejo de revisión de la FEMA establecido por Trump y copresidido por Noem y el secretario de Defensa Pete Hegseth presentará sugerencias para reformas en los próximos meses, según Noem.
En su primera reunión en mayo, Noem dijo al grupo de gobernadores, gerentes de emergencias y otros funcionarios principalmente de estados republicanos que Trump busca un cambio drástico.
“No quiero que entren en esto pensando que vamos a hacer un pequeño ajuste aquí”, señaló. “No, la FEMA ya no debería existir tal como es”.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.