Por DAVID RISING y ANIRUDDHA GHOSAL
HANÓI, Vietnam (AP) — En una antigua base aérea estadounidense en el sur de Vietnam, el mes pasado se detuvo abruptamente el trabajo de limpieza de toneladas de tierra contaminada con la dioxina mortal del defoliante militar Agente Naranja.
Los extensos recortes del gobierno del presidente Donald Trump a la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés) también paralizaron las labores para eliminar municiones y minas terrestres estadounidenses sin explotar, un programa de rehabilitación para víctimas de guerra y el trabajo para una exhibición en un museo que detalla los esfuerzos de Estados Unidos para remediar los daños de la guerra de Vietnam.
Además de exponer a miles de personas a riesgos para la salud, los recortes ponen en peligro los avances diplomáticos conseguidos tras mucho esfuerzo con Vietnam, cuya importancia estratégica aumenta a medida que Estados Unidos busca apoyo para contrarrestar a una China cada vez más agresiva.
“No ayuda en absoluto”, dijo Chuck Searcy, un veterano estadounidense de la guerra de Vietnam quien ha dedicado su tiempo a programas humanitarios en el país durante las últimas tres décadas. “Es sólo otro ejemplo de lo que muchos críticos quieren recordarnos: no puedes confiar en los estadounidenses. No es un buen mensaje”.
Los fondos para la limpieza del Agente Naranja en la Base Aérea de Bien Hoa se descongelaron aproximadamente una semana después que fueron suspendidos, pero no está claro si ese dinero fluye completamente ni cómo se desembolsará sin empleados de USAID para administrar las operaciones, afirmó Tim Rieser, asesor sénior del senador Peter Welch, quien redactó una carta dirigida a los funcionarios del gobierno —firmada por Welch y más de una docena de otros senadores demócratas— en la que instaba a la financiación continua de los programas.
Otros programas permanecen recortados.
“Han revertido varias de estas decisiones arbitrarias, pero estamos lejos de estar a salvo y no sabemos cómo terminará esto”, señaló Rieser.
De enemigos a amigos
Las interrupciones de la ayuda se producen mientras Estados Unidos y Vietnam se preparan para conmemorar el 50mo aniversario del fin de la guerra de Vietnam y el 30mo aniversario de la normalización de las relaciones entre Washington y Hanói.
El camino fue lento para llegar a este punto tras la guerra, que duró unos 20 años y cobró la vida de más de 58.000 estadounidenses y muchas veces más esa cifra de vietnamitas, antes que por fin terminara en 1975.
A partir de la década de 1990, Estados Unidos comenzó a ayudar a su antiguo enemigo a abordar los legados de la guerra, como el Agente Naranja, un herbicida lanzado desde aviones para eliminar la maleza de la selva, y que posteriormente se descubrió que causaba una amplia gama de problemas de salud, como cáncer y defectos de nacimiento.
Desde entonces, ambos países han incrementado su cooperación en defensa y seguridad a medida que China se ha vuelto más asertiva en la región. En 2023, Vietnam elevó sus relaciones con Estados Unidos a una asociación estratégica integral, su máximo nivel de cooperación y el mismo que mantiene con Rusia y China.
Trump recorta ayuda exterior; alega despilfarro
El día de su toma de posesión, Trump emitió una orden ejecutiva que ordenó el congelamiento de los fondos de ayuda exterior y la revisión de toda la ayuda y el trabajo de desarrollo de Estados Unidos en el extranjero, con el argumento de que gran parte de la ayuda exterior era un despilfarro y promovía una agenda liberal.
Pero Pete Hegseth, el secretario de Defensa, en su llamada de presentación con su homólogo vietnamita el 7 de febrero, “subrayó el apoyo del Departamento a los esfuerzos continuos para colaborar en la herencia de los problemas de la guerra”, según el Departamento de Defensa.
Veinte días después, el gobierno ordenó la destitución de casi todo el personal de USAID, rescindió al menos el 83% de sus contratos y recortó programas a nivel mundial, incluidos aquellos en Vietnam.
Rieser, quien fue asesor de política exterior del senador retirado Patrick Leahy cuando el demócrata por Vermont obtuvo la financiación original para los proyectos de descontaminación causada por la guerra de Vietnam, expresó que la idea de que se desperdiciaba dinero es “fácticamente errónea”.
“Nuestra ayuda exterior promueve nuestros propios intereses nacionales, y si el gobierno de Trump no entiende eso, es difícil saber qué decir”, agregó.
Se reanuda financiación para limpieza del Agente Naranja, pero el futuro del proyecto es incierto
Un proyecto estadounidense para descontaminar la antigua Base Aérea de Da Nang se completó con éxito en 2018, lo que dio origen a la iniciativa de limpieza de Bien Hoa, en las afueras de Ciudad Ho Chi Minh —previamente conocida como Saigón.
La contaminación en Bien Hoa, el aeropuerto con mayor tráfico del mundo durante la guerra, fue casi cuatro veces mayor que en Da Nang, con unos 500.000 metros cúbicos (650.000 yardas cúbicas) de suelo y sedimentos contaminados con dioxina.
En 2024, en la provincia donde se encuentra Bien Hoa había más de 8.600 personas que aún padecían problemas de salud relacionados con el Agente Naranja, según las autoridades locales.
Las obras comenzaron en 2020 en un proyecto de 10 años financiado por USAID y el Departamento de Defensa, con un costo total estimado de 430 millones de dólares. Suelo con bajos niveles de contaminación por dioxina sería desenterrado y trasladado a vertederos seguros, mientras que suelo altamente contaminado se almacenará a corto plazo para su tratamiento.
Los trabajadores ya habían excavado más de 100.000 metros cúbicos de suelo contaminado con dioxina y tratado 13 hectáreas al momento del recorte de fondos, cuyos detalles fueron reportados el lunes por ProPublica, una organización de periodismo de investigación sin fines de lucro. La construcción de un sistema para tratar el suelo más contaminado iniciará el próximo mes.
“Cabe preguntarse si las personas que tomaron la decisión de congelar estos fondos conocen algo sobre la trágica historia de Estados Unidos y Vietnam … y seguramente no les importan las miles de toneladas de suelo gravemente contaminado que expone a decenas de miles de personas a un riesgo muy grave para la salud”, dijo Rieser.
La Embajada de Estados Unidos en Hanói y USAID remitieron todas las preguntas sobre los proyectos del legado de la guerra al Departamento de Estado en Washington.
En un correo electrónico de una sola línea, el Departamento de Estado indicó que “USAID tiene tres contratos encaminados a la descontaminación de dioxina en Bien Hoa, en Vietnam, que están activos y en operación”.
Al solicitarle más detalles sobre la duración del cierre del proyecto en Bien Hoa y cuáles operaciones se habían reanudado, así como el estado de otros programas relacionados con la herencia de la guerra, el Departamento de Estado respondió: “No tenemos nada que compartir sobre los detalles de estos programas en este momento”.
El Ministerio de Defensa de Vietnam remitió las preguntas al Ministerio de Relaciones Exteriores, que no respondió a las solicitudes de comentarios.
No obstante, en una conferencia de prensa el 13 de febrero, Pham Thu Hang, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, expresó su preocupación por lo que podría ocurrir si se suspendiera la financiación estadounidense para proyectos relacionados con el legado de la guerra, que asciende a unos 200 millones de dólares anuales.
“La suspensión de proyectos apoyados por USAID, especialmente los de eliminación de bombas y explosivos remanentes de la guerra, así como el proyecto de desintoxicación del aeropuerto de Bien Hoa, tendrá un fuerte impacto en la seguridad humana y en el medio ambiente en las zonas del proyecto”, declaró.
El martes, un juez federal estadounidense dictaminó que el desmantelamiento de USAID probablemente violaba la Constitución de Estados Unidos e impidió nuevos recortes, pero se quedó corto de revertir los despidos o de resucitar la agencia por completo.
Recortes amenazan con revertir décadas de diplomacia
Leahy, quien se jubiló en 2023, dijo a The Associated Press que construir la relación durante los últimos 35 años había sido un largo proceso de trabajo con los vietnamitas para abordar los problemas causados allí.
“Es gracias a estos esfuerzos que dos antiguos enemigos se han convertido en socios. Si empacamos y nos marchamos sin terminar lo que empezamos, enviaremos el mensaje de que no se puede confiar en los estadounidenses”, escribió en un correo electrónico.
“Las personas en el gobierno de Trump que no saben nada y se preocupan menos por estos programas ponen en peligro arbitrariamente las relaciones con un socio estratégico en una de las regiones más complejas del mundo”, afirmó.
Es demasiado pronto para decir con exactitud cómo afectará esta decisión abrupta a las relaciones, pero es probable que ponga en duda si Washington todavía es un socio fiable en otros ámbitos, dijo Nguyen Khac Giang, politólogo y miembro visitante del Programa de Estudios sobre Vietnam en el Instituto ISEAS-Yusof Ishak, en Singapur.
“El nivel de confianza aumentó gradualmente y es muy fácil de desmantelar”, manifestó, y añadió que ahora Vietnam podría pensárselo dos veces antes de profundizar los lazos de cooperación militar o comprar armas estadounidenses.
“Hay una buena razón para que Hanói sea muy cautelosa”, aseveró.
Proyectos de prisioneros de guerra/desaparecidos en combate no resultan afectados
Un programa conjunto que no se vio afectado por los recortes de USAID son los esfuerzos en curso para encontrar e identificar a las tropas estadounidenses desaparecidas, explicó a la AP la Agencia para la Contabilización de Prisioneros de Guerra/Desaparecidos en Combate (DPAA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Defensa, con sede en Hawái. La financiación para este esfuerzo recae en el presupuesto de defensa estadounidense, no en el de ayuda exterior.
Pero la financiación para encontrar e identificar a cientos de miles de víctimas de guerra vietnamitas desaparecidas fue suspendida y luego restablecida, y aún no está claro si el dinero fluye de nuevo, dijo Rieser.
Además, agregó, siguen congelados los fondos para una nueva exhibición estadounidense en el Museo de los Vestigios de Guerra en Ciudad Ho Chi Minh —el principal museo sobre la guerra de Vietnam—, que actualmente se centra en documentar las atrocidades cometidas por los estadounidenses, como la masacre de My Lai y el impacto devastador del Agente Naranja.
La exhibición, que iba a inaugurarse este año para coincidir con los dos aniversarios, destaca los esfuerzos de Estados Unidos para abordar los peores legados de la guerra, informó Rieser.
“Actualmente es un museo de los crímenes de guerra estadounidenses, y el objetivo de todo esto es mostrar que no simplemente dimos la espalda a lo ocurrido, sino que decidimos hacer algo al respecto”, detalló.
“Queremos que eso forme parte de la historia para los cientos de miles de visitantes de ese museo, para mostrar que Estados Unidos no se desentendió”, subrayó.
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Rising reportó desde Bangkok.