Por MOLLY QUELL
RÓTERDAM, Holanda (AP) — Una reluciente escalera de caracol que sale del techo de un antiguo almacén holandés ofrece vistas al canal en el que millones de europeos embarcaron en su día hacia una nueva vida en Estados Unidos.
El sinuoso recorrido, que pretende representar los imprevisibles viajes de los migrantes, se encuentra en el museo Fénix, la última atracción en el paseo marítimo de Róterdam.
El museo cuenta la historia de la migración, con exhibiciones que incluyen miles de maletas de viajeros, retratos de refugiados y un autobús urbano a tamaño real.
El arquitecto Ma Yansong, de la firma china MAD Architects, contó a The Associated Press que quería que el edificio sirviera no solo como museo, sino también para el “recuerdo”.
El museo abre sus puertas el viernes en un contexto de aumento de la migración, junto con el sentimiento antimigratorio en muchas partes del mundo. Según Naciones Unidas, el número de personas que viven fuera de su país de nacimiento —más de 300 millones— casi se ha duplicado desde 1990.
“Mientras existamos como seres humanos, nos movemos y migramos. Y siempre seguiremos haciéndolo. Y eso es lo que mostramos en Fénix”, señaló la directora del museo, Anne Kremers.
Mientras se construía el museo el año pasado, el gobierno de ultraderecha de Holanda anunció medidas sin precedentes destinadas a controlar la migración, incluyendo la reinstauración de los controles fronterizos. Esto destruyó la imagen que se tenía desde hacía años del país como un lugar que acogía a a los recién llegados.
La plataforma de observación del museo ofrece vistas de Róterdam, cuyos 650.000 habitantes representan más de 170 nacionalidades. La ciudad es también el puerto más grande de Europa.
Muchos de los que partieron de Róterdam a principios del siglo XX hacían el viaje transatlántico en la Holland America Line, una naviera fundada por la familia Van der Vorm en 1873. La familia ha sido el principal respaldo financiero del proyecto Fenix, a través de la fundación de arte holandesa Droom en Daad (Sueño y Acción).
A veces, el arte puede proporcionar una mejor base para discutir temas políticamente controvertidos como la migración, dijo Cathrine Bublatzky, una antropóloga que estudia la intersección del arte y la migración.
Kremers espera que los visitantes se queden con “lo que se siente al abandonar tu hogar, encontrar un nuevo hogar y decir adiós”.
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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.