Sin electricidad, sin problema: cómo algunos en España y Portugal desafiaron el apagón

Por RENATA BRITO

BARCELONA, España (AP) — El apagón que envolvió a la Península Ibérica el lunes fue caótico y estresante para muchos. Pero tuvo un lado positivo: las personas se vieron obligadas a alejarse de sus pantallas y adentrarse en el mundo “real”, conectándose con el presente y entre sí.

Algunos españoles y portugueses aprovecharon su día sin electricidad.

En el barrio de Gracia en Barcelona, las plazas estaban llenas de personas tomando el sol, leyendo libros o jugando al ajedrez. En Madrid, jóvenes y mayores se reunieron en las aceras para escuchar radios que, una vez obsoletas, se convirtieron de repente en salvavidas. En Sevilla, la gente aplaudía y marcaba el ritmo con los pies al compás del flamenco.

Algunos vecinos hablaron entre sí por primera vez.

En un centro de inspección de vehículos, los empleados colgaron una red y jugaron al voleibol. El personal de una fundación sin fines de lucro en el barrio de Embajadores de Madrid sacó mesas a las aceras y retó a los transeúntes a un amistoso juego de trivia. Otros jugaron al UNO en bancos públicos. Se formaron largas filas para recibir helado gratis que los dueños de las tiendas decidieron regalar.

En las vías del tren en medio de la nada, los pasajeros varados practicaron pasos de baile virales mientras esperaban ser rescatados. Los lugareños de Lisboa se unieron a los turistas en miradores escénicos y festejaron bajo las estrellas. Personas de toda la península cantaron a capela o tocaron sus instrumentos en la oscuridad.

El mundo dejó de girar y el tiempo se detuvo. La ansiedad se desvaneció. Hubo aburrimiento, pero también atención plena.

Cuando finalmente se encendieron las farolas, las multitudes celebraron, gritando y agitando las manos en el aire como si su equipo de fútbol hubiera marcado un gol.

La electricidad había vuelto. Y las notificaciones volvieron a sonar.

___

Los periodistas de The Associated Press Tales Azzoni en Madrid, Hernán Muñoz en Barcelona y Armando Franca en Lisboa contribuyeron a este despacho.

___

Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

Related posts