Por LISA MASCARO, KEVIN FREKING, LEAH ASKARINAM y JOEY CAPPELLETTI
WASHINGTON (AP) — El presidente Donald Trump fue el martes al Congreso para imploralr a los legisadores republicanos que abandonen sus disputas y aprueben su proyecto de ley de recortes fiscales, utilizando palabras alentadoras pero también ásperas sobre el paquete de varios billones de dólares que corre el riesgo de colapsar antes de las votaciones planeadas para esta semana.
Durante la sesión de más de una hora el martes, Trump advirtió a los republicanos de la Cámara de Representantes que no recorten el programa de ayuda a los pobres (Medicaid) y les dijo a los legisladores de Nueva York que cesen su lucha por una deducción fiscal local más grande, revirtiendo su propia promesa de campaña. Trump, al entrar a la reunión, se autodenominó un “animador” del Partido Republicano y elogió al presidente de la Cámara, Mike Johnson. Pero también criticó al menos a uno de los disidentes como un “protagonista” y advirtió que cualquiera que no apoye el proyecto de ley sería un “tonto”.
“Tenemos una unidad increíble”, declaró Trump al salir. “Creo que vamos a conseguir todo lo que queremos”.
Trump llegó en un momento crucial. Las negociaciones avanzan lentamente y no está claro en absoluto si el paquete, con sus amplios recortes fiscales y recortes a programas de bienestar social y de energía verde, cuenta con el apoyo necesario de la escasa mayoría republicana de la Cámara. Además, estipula otros 350.000 millones de dólares para seguridad fronteriza, deportación y defensa.
Trump, a puertas cerradas, habló en lo que un legislador llamó el estilo “entretejido” del presidente y respondió preguntas.
El gobernante también dejó claro que está perdiendo la paciencia con los disidentes, según un alto funcionario de la Casa Blanca que habló bajo condición de anonimato para discutir la reunión privada.
Pero el propio Trump disputó esa noción, así como los informes de que usó una palabrota al advertir que no se recorte Medicaid. En cambio, dijo después: “Fue una reunión de amor”. Recibió varias ovaciones de pie, dijeron los republicanos.
Sin embargo, no estaba claro en absoluto si Trump logró cambiarle la opinión a alguno de los legisladores.
“Aún estamos muy lejos”, indicó el representante Andy Harris, de Maryland, presidente del bloque conservador Freedom Caucus.
Los conservadores insisten en recortes más rápidos y pronunciados a los programas federales para compensar los costos de los billones de dólares en ingresos fiscales perdidos. Al mismo tiempo, un grupo de legisladores de Nueva York y otros estados con altos impuestos quieren mayores recortes fiscales para sus votantes en casa. Las preocupaciones sobre aumentar la deuda nacional de 36 billones de dólares son evidentes.
Debido a que los demócratas firmemente se oponen al plan, calificándolo de un regalo para los ricos a expensas de los programas de bienestar social, los republicanos casi no tienen votos de sobra. Se ha programado una audiencia clave del comité para la medianoche del martes con la esperanza de una votación en el pleno de la Cámara el miércoles por la tarde.
“Literalmente están tratando de quitarle la atención médica a millones de estadounidenses en este mismo momento en la oscuridad de la noche”, advirtió el líder demócrata de la Cámara, Hakeem Jeffries, de Nueva York.
Trump ha estado presionando fuertemente para que los republicanos se unan detrás del proyecto de ley, que ha sido moldeado de manera única a su imagen y se ha convertido en su propuesta legislativa emblemática.
Al ser preguntado sobre uno de los republicanos disidentes, el representante Thomas Massie de Kentucky, Trump arremetió.
“Creo que es un protagonista, francamente”, continuó el presidente. “Creo que debería ser destituido de su cargo”.
Pero Massie, un renegado que a menudo actúa solo y lleva un pin de solapa con un reloj que cuenta la carga de la deuda nacional, dijo después que todavía votará en contra.
También se mantenía firme el representante Mike Lawler, uno de los republicanos de Nueva York que lidera la lucha por una deducción fiscal estatal y local más grande: “Tal como está ahora, no apoyo el proyecto de ley. Punto”.
El extenso paquete de 1.116 páginas lleva el título de “Un Grande y Hermoso Proyecto de Ley”, la frase utilizada por el propio Trump, e incluye sus promesas de campaña de extender los recortes fiscales aprobados durante su primer mandato y agregar nuevos, como eliminar los impuestos sobre propinas, intereses de préstamos automotrices y Seguridad Social. También hay una deducción estándar más alta, de 32.000 dólares para declarantes conjuntos, y un mayor crédito fiscal a quienes tienen hijos.
El Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un grupo de vigilancia fiscal no partidista, estima que el proyecto de ley de la Cámara agregará aproximadamente 3,3 billones de dólares a la deuda en la próxima década.
Los republicanos que critican la medida argumentan que el proyecto promete beneficios a corto plazo, pero es perjudicial a largo plazo.
En particular, los republicanos conservadores buscan acelerar los nuevos requisitos de trabajo que los republicanos quieren implementar para los participantes aptos en Medicaid. Se había propuesto que comenzaran el 1 de enero de 2029, pero el líder de la mayoría republicana, Steve Scalise, dijo en CNBC que los requisitos de trabajo para algunos beneficiarios de Medicaid comenzarían a principios de 2027.
Se espera que al menos 7,6 millones de personas menos tengan seguro de salud bajo los cambios iniciales de Medicaid, indicó la Oficina de Presupuesto del Congreso la semana pasada.
Los disidentes republicanos también buscan detener más rápidamente los créditos fiscales para energía verde, que habían sido aprobados como parte de la Ley de Reducción de la Inflación de la era Biden, y ahora se están utilizando para proyectos de energía renovable en todo el país.
Pero por cada cambio que Johnson considera para apaciguar a los conservadores de línea dura, corre el riesgo de perder el apoyo de los republicanos más tradicionales y centristas. Muchos han firmado cartas protestando por los profundos recortes a Medicaid y la eliminación de los créditos fiscales para energía limpia.
Los neoyorquinos están luchando por una deducción fiscal estatal y local más grande más allá de la propuesta del proyecto. Tal como está, el proyecto triplicaría lo que actualmente es un límite de 10.000 dólares en la deducción fiscal estatal y local, aumentándolo a 30.000 dólares para declarantes conjuntos con ingresos de hasta 400.000 dólares al año. Han propuesto una deducción de 62.000 dólares para declarantes solteros y 124.000 dólares para declarantes conjuntos.
Trump, quien había hecho campaña para reinstaurar completamente la deducción de impuestos locales, ahora parece estar satisfecho con el compromiso propuesto, argumentando que solo beneficia a “todos los estados demócratas”.
Si el proyecto de ley pasa por la Cámara esta semana, luego se movería al Senado, donde los republicanos también están considerando cambios.
___________________________________
Los corresponsales Darlene Superville y Seung Min Kim contribuyeron a esta nota.
___________________________________
Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.