Un zoológico en España ayuda a elefantas ancianas a envejecer con dignidad

Por JOSEPH WILSON

BARCELONA (AP) — En el Zoológico de Barcelona, una elefanta africana de 40 años saca la pata a través de la barrera de metal donde un cuidador del zoológico frota suavemente su planta: el querido animal recibe su “pedicura” junto con rodajas de manzana todos los días.

El tratamiento forma parte del cuidado geriátrico especializado del zoológico para animales envejecidos que no pueden reintroducirse en la naturaleza, conforme los zoológicos de todo el mundo cada vez más enfatizan el cuidado de por vida.

“Animales de esta edad, devolverlos a la naturaleza, sería un error”, dijo Pilar Padilla, jefa del cuidado de mamíferos del zoológico. “Es muy probable que no sobreviva”.

Los zoológicos han experimentado un replanteamiento en las últimas décadas que ha puesto el énfasis de su labor en la conservación de especies y la educación, alejándose del paradigma pasado que a menudo mostraba animales exóticos como un espectáculo.

El nuevo enfoque incluye saber cómo adaptarse a las necesidades de los animales envejecidos, lo que ha llevado a los zoológicos a crear recintos más grandes y parecidos a la naturaleza, como el área Sahel-Sabana en el zoológico de la ciudad española de Barcelona.

Junto con los programas de cría para reintroducir animales aptos en la naturaleza, los zoológicos hoy quieren asegurarse de que los animales que viven más tiempo debido a los avances en el cuidado veterinario puedan envejecer con dignidad, dijo Martín Zordan, director general de la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios, o WAZA.

“El cuidado geriátrico especializado se está volviendo cada vez más esencial”, dijo Zordan a The Associated Press en las oficinas de la organización en Barcelona.

Zordan afirmó que al igual que las personas mayores, los animales ancianos requieren más cuidados: chequeos de salud regulares, tratamiento para la artritis, alimentos más suaves o suplementos nutricionales, espacios de vida adaptados y monitoreo de la salud mental y conductual.

Además de cuidar a un par de elefantas envejecidas, el Zoológico de Barcelona también alberga a un lobo de 15 años, un leopardo y un tigre que tienen 17 años y algunas aves mayores, incluyendo una bandada de flamencos veteranos.

No es el único: varios zoológicos en Estados Unidos, por ejemplo, destacan su tratamiento de animales mayores, como los zoológicos en Baltimore y Baton Rouge.

Un estudio sobre el duelo

Los cuidadores del Zoológico de Barcelona, cerca de la costa mediterránea de la ciudad, están vigilando de cerca a sus dos elefantas ancianas, Susi y Bully (pronunciado como “Buyi”), mientras lidian con la reciente muerte de Yoyo, su antigua compañera de recinto y compañera de mucho tiempo.

Yoyo murió en diciembre a los 54 años.

Susi, con 52 años, ahora está entre los elefantes africanos más viejos conocidos en cautiverio, aunque WAZA señaló que la edad de los animales nacidos en la naturaleza es aproximada. Bully, que tiene 40 años, también se considera vieja para un elefante africano. Las tres fueron capturadas en la naturaleza y pasaron tiempo en circos y otros zoológicos antes de llegar a Barcelona.

El zoológico ahora está trabajando con la Universidad de Barcelona para estudiar el impacto de la muerte de Yoyo en Susi y Bully. Es el primer estudio de su tipo, enfocado en elefantes que no son de la misma familia después de la muerte de un compañero de mucho tiempo, dijo Padilla a The Associated Press durante una visita reciente al recinto de elefantes del zoológico.

Al principio, Susi y Bully mostraron su conmoción dejando de comer, pero ahora se están adaptando bien y recurren la una a la otra, incluso compartiendo comida, dijo Padilla, agregando que Susi ha asumido el papel dominante que tenía Yoyo.

La prueba está en los dientes

Para los elefantes, los dientes son la verdadera prueba de la edad.

“Lo que es la decadencia del animal o el desgaste final que pueda tener el animal la marca esa dentición”, dijo el cuidador del zoológico de Barcelona José María Santamaría después de terminar la pedicura de Bully. A lo largo de su vida pasan por seis juegos de molares, explicó, y “cuando llegan a los 40 ya tiran la última”.

Susi y Bully requieren chequeos diarios, alimentos adecuados para sus bocas ahora sin molares y atención adicional para sus patas, de ahí las pedicuras diarias y el suelo arenoso suave del recinto para amortiguar los pies doloridos.

“Esas son el tipo de consideraciones que se toman porque nos importa que estos animales vivan cómodamente y lleven vidas con dignidad”, dijo Zordan.

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